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    • Martes, 19 de marzo de 2024
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      El Instituto de Cine busca pluralidad y transparencia

      Con 1300 millones de pesos anuales de presupuesto, el Incaa se reordena. Quieren hacer del cine "un gran evento cultural".

      El Instituto de Cine busca pluralidad y transparenciaOtra etapa. Alejandro Cacetta, titular del Incaa. /Lucia Merle
      Redacción Clarín

      Abrir mercados para el cine argentino, fortalecer la difusión y la exhibición de las películas y consolidar la posición de nuestro país en la región en materia cinematográfica son las metas que perseguirá la gestión del presidente del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales, Alejandro Cacetta, que con todo el equipo en la cancha desde hace apenas un mes ya empezó a dar pasos estratégicos para remontar las últimas polémicas gestiones que lo antecedieron, entre ellas las de Liliana Mazure y Lucrecia Cardoso, financieramente desordenadas y cuestionadas.

      Como Neil Armstrong, el primer astronauta que pisó la Luna, Cacetta bien podría decir: “Un pequeño paso en mi gestión, un gran salto para el cine argentino” a partir de haber conformado la semana pasada el Consejo Asesor del Instituto de Cine, luego de la asamblea federal realizada en Mendoza. Con un consejo conformado por representantes del quehacer, el plan de fomento que Cacetta presentará en los próximos meses será sin duda más vasto e inclusivo que lo que el cine argentino mostró hasta ahora.

      -¿Cuánto hacía que no se convocaba la asamblea?

      -Hacía un tiempo.

      -¿Cuánto? ¿Mucho? ¿Poco?

      -Un buen tiempo. Para mí es un gran logro tener el Consejo Asesor que en breve entrará en funciones. Porque así damos cumplimiento a la ley. Mi desafío es respetar a los integrantes de la industria, cumplir la ley y hacer una gestión transparente.

      Con 1100 milllones de presupuesto propio y otros 200 millones que le aporta el Tesoro Nacional, Cacetta ya tiene el nuevo organigrama del Incaa aprobado para darle una impronta distinta a la gestión. Por lo pronto –según supo Clarín por otras fuentes–  disolvió la gerencia de Acción Federal, que supo rebosar de militantes de La Cámpora. Era el área del Incaa que destinaba fondos a los más de cien festivales de todo pelaje que se extienden por la geografía nacional. A los acólitos les tocaba la lotería de hasta un millón de pesos, aunque no fuera un solo espectador a ver una sola película. A los disidentes, una media de 20 mil pesos con mucha suerte. Ahora, Cacetta –que sólo introdujo la palabra “ideología” una vez en la charla con Clarín- se propuso ordenar la gestión. “Así aprendí a trabajar: con orden”, dice.

      Muy prudente con sus palabras, conocedor exhaustivo de la industria cinematográfica (fue productor de Pol-Ka y de Patagonik, dos de las productoras líderes) y alejado de la producción privada el año pasado, al punto de que varias de sus producciones aún giran por el mercado mundial (en la Argentina triunfa Me casé con un boludo), el presidente del Incaa encara el desafío de consolidar el liderazgo del cine argentino en la región.

      Cuando Clarín le recuerda que apenas un 15% de los films que se estrenan en el país son argentinos y que de las 160 producciones del año pasado sólo 10 o 12 films made en la patria tuvieron una media de 100.000 espectadores. Cacetta defiende que nuestro país hace un cine de altísima calidad y que ni México ni Brasil superan ese porcentual para sus propias industrias.

      En Mendoza, donde se realizó la Asamblea Federal, se decidió abrir oficinas del Incaa para que los productores y directores presenten sus proyectos directamente en sus provincias sin tener que venir a Buenos Aires a enterarse del estado de su expediente. Incluso, Alejandro Cacettta anunció ayer a Clarín que el Incaa entrará en una etapa de digitalización de todos sus trámites de subsidios, créditos, etc. para facilitar su seguimiento. 

      Señaló que las acciones que el Incaa desplegará en el país se harán junto con el Ministerio de Cultura y otros institutos descentralizados, como el Instituto de Música. “A veces no se trata sólo de un hecho cinematográfico, sino de producir un gran evento cultural que incluya otras acciones. Y luego, el desafío, es que las producciones de cada distrito se difundan y se exhiban”.

      En mayo, Cacetta tiene una cita en el Festival de Cannes, el epítome de los festivales internacionales competitivos. Esta vez no habrá película argentina. “Tenemos una enorme agenda de trabajo, pero no llegamos a tiempo con una película nuestra. Tendremos otros festivales”.


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