Noticias hoy
    En vivo

      Apropiarse del espacio público

      Apropiarse del espacio público CLAIMA20140418_0062 Escultura en el Parque de la Memeria. (Foto de Cecilia Profetico)
      Redacción Clarín

      Voy con frecuencia al Parque de la Memoria, en la Costanera Norte, pegado a Ciudad Universitaria. Es uno de mis lugares de Buenos Aires y trato de convencer a todo el mundo de que se lo apropie también. Es un lugar –quizá el único de la ciudad– que puedo compartir, que quiero compartir. Coincido sin objeciones con este párrafo sencillo de uno de sus documentos institucionales: “El Parque de la Memoria no busca cerrar heridas ni suplantar la verdad o la justicia; aspira a consolidarse como un lugar donde sea posible recuperar parte de la dimensión existencial de estas ausencias, rescatar lo mejor de aquellos ideales por los que se luchaba y lograr un espacio en el cual la educación, el arte y la cultura sean las herramientas estimuladoras que mantengan viva la memoria”.

      La frecuencia con la que camino entre sus esculturas o junto a sus cuatro enormes muros llenos de nombres no atenúa la emoción de cada visita. Pero hace días vi cosas que nunca había visto, aunque –alguien me lo aclaró después– no son nuevas: grafitis en algunas esculturas. Salvo un par hechos con aerosol, todos pequeños, escritos con marcador. Trivialidades: “Pepe y Juli”, ese tipo de tontería. También vi un grupo de skaters haciendo piruetas. Y una pareja con trajes de novio posando para una foto delante de la escultura de Roberto Aizenberg. No me gustó. Hablé con alguien del parque. “Son curiosos los usos y los niveles de apropiación del espacio urbano –me dijo–, mucha gente viene a pasear, a hacer pic nic, a tomar mate, a correr. Hay un público que no tiene la más mínima conexión con los significados históricos o políticos del lugar. No sé por qué, pero la escultura de Marie Orensanz atrae especialmente a las parejas de novios para sacarse fotos. La política del parque es integrar”. Sólo se busca evitar el vandalismo. Es razonable.

      “Cuando iluminamos el pasado, el pasado empieza a iluminarnos a nosotros”, dice en una entrevista publicada en la edición pasada de Ñ el arquitecto Julián Bonder, autor del Memorial por la Abolición de la Esclavitud en Nantes. Ojalá todos lo entendiéramos así en la Argentina.


      Tags relacionados