Maratón trágico: un joven corrió 21 kilómetros y murió al llegar

Ezequiel Ponce, de 23 años, llego a la meta en la plaza de la Intendencia de Córdoba, recibió el diploma que acreditó que había participado en la CBA 21 K –un medio maratón disputado ayer a la mañana en esta ciudad– y segundos después se desplomó. Murió de un paro cardiorrespiratorio. Los médicos de los servicios de emergencia no pudieron salvarle la vida.

La competencia, auspiciada por la Municipalidad de Córdoba y la Agencia Córdoba Deportes, había sido organizada por Pra2, una empresa que promociona “carreras de aventura, Maratón Córdoba, eventos deportivos”, cuyo dueño es Jacinto Prado, un ex deportista. Los organizadores informaron además que había un “circuito certificado” y que 21 kilómetros era la distancia competitiva, y 5 kilómetros la distancia participativa. La competencia contaba con el aval de la Confederación Argentina de Atletismo (CAdA), y del Centro Argentino de Mediciones Atléticas sobre Pavimento (CAMAP).

Los médicos de los servicios de emergencia apostados en la Plaza de la Intendencia, frente a la Municipalidad de Córdoba, no pudieron hacer nada para salvarle la vida a Ezequiel. “Murió de un paro cardiorrespiratorio, pero esperamos el informe oficial de la autopsia”, dijo a Clarín Daniel Gracco, subsecretario de Deportes municipal.

Además de Ezequiel, hubo otros participantes que sufrieron descompensaciones y debieron ser hidratados. Cinco de ellos fueron derivados a una clínica para ser atendidos. La competencia comenzó cerca de las 9.30 de ayer y terminó al mediodía. La temperatura promedio rondó los 20 grados.

Un vecino que había concurrido a ver la llegada de los corredores contó a los medios locales que “la ambulancia llegó tarde. Y los encargados no tenían cómo reanimarlo. Fue todo manual”.

Prado se defendió: “Teníamos tres ambulancias. Una de ellas estaba en el lugar. Pero los médicos no pudieron hacer nada. Según el doctor que atendió al chico fue muerte súbita”. Y agregó que la descompensación de deportistas ocasionales “es algo normal, porque muchos se largan a correr sin estar preparados. Es más: se meten sin número de inscripción en el medio de la calle. Es imposible controlarlos”.

Un participante se quejó: “Yo estuve en la carrera, me inscribí por Internet, y ni siquiera me hicieron firmar un deslinde de responsabilidad por si me pasaba algo. La carrera fue un desastre, en 21 kilómetros había tres puestos de hidratación de los cuales dos se quedaron sin agua a la mitad de la competencia. Por eso hubo gente descompensada a la que hubo que asistirla con suero”.

“El 20 de abril corré en Córdoba Capital la 21 K más importante del año, antes que Rosario y Buenos Aires. ‘21k CBA’, importantes premios en efectivo a los 10 primeros en cada categoría Damas y Caballeros. Más 100 trofeos y viajes. Correla, es una carrera única en Córdoba”, anunciaban los organizadores en su página de Internet.

Con el pago de 180 pesos de inscripción, el competidor tenía “derecho a participar y obtenía un Kit de Corredor, asistencia médica, seguro de corredor, chip para la toma de tiempo y pulsera de control de categoría”, entre otras cosas.