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      Mañana empieza el juicio político a Dilma

      Se escucharán las presentaciones de la acusación y la defensa. El lunes hablará la presidenta ante el Senado.

      Mañana empieza el juicio político a DilmaViejos tiempos. Una imagen de archivo de abril de 2012. En la escena, el entonces vice Michel Temer y la presidente Rousseff (AP).

      Mañana comienza el juicio final contra la presidenta Dilma Rousseff. A las presentaciones de la parte acusadora y de la defensa le deben seguir varios días de discursos de parlamentarios, que podrán extenderse hasta el sábado o tal vez el domingo. En ese tiempo, también se presentarán los testigos de uno y otro lado. Y el lunes, la jefa de Estado hará ella misma su defensa final, durante un lapso de 30 minutos a una hora. Luego vendrán las preguntas de los senadores, convertidos en jueces.

      Lo dramático del caso es que el proceso impeachment tendrá como trasfondo una guerra intestina en el nuevo oficialismo, que rodea al presidente interino Michel Temer. Y preanuncia la dificultad que tendrá el nuevo jefe del Palacio del Planalto una vez que sea consagrado como efectivo con la jura en el Congreso, que debe ocurrir el miércoles próximo a más tardar. Al estar convencidos que una mayoría de dos tercios del Senado votará por el alejamiento definitivo de Rousseff, el actual grupo en el poder mira para el reparto de fuerzas en los dos año por venir. De un lado está el Partido del Movimiento Democrático de Brasil (PMDB) y una constelación de pequeños partidos de centro; el PMDB es la agrupación de Temer y la mayor potencia parlamentaria tanto en Diputados como en la Cámara Alta. En una vereda diferente, está la otra parte de la flamante alianza gubernamental: el Partido Socialdemócrata de Brasil (PSDB), acompañado como de costumbre por el ultra conservador Demócratas (DEM).

      Fue público y notorio que las chispas entre las dos alas saltaron antes de tiempo, es decir, previo a la votación que pondrá a Dilma en la condición de excluida de la vida política, ya que se le quitarán todos esos derechos los próximos 8 años.

      Según pudo saber Clarín, de una impecable fuente parlamentaria, la primera disputa en la coalición oficialista se debe a un asunto crucial: ¿qué tratamiento dar a los procedimientos del Lava Jato, la investigación que pone los pelos de punta a cientos de políticos? Hay 364 legisladores que figuran en las listas de “sospechosos”, como beneficiarios de la ramificada corrupción en Petrobras. Y de acuerdo con la fuente de Clarín, la mayoría de los involucrados pertenecen a la dirigencia del propio PMDB. Hay quienes hablan incluso de menciones a Temer, que si todo transcurre como está previsto será jefe de Estado a partir del 2 de septiembre. Se afirma, en los pasillos del Senado, que a él y su grupo de colaboradores íntimos le preocupa poner freno a las investigaciones que impulsa el juez Sergio Moro de Curitiba. Ese es el punto de choque con los socialdemócratas, que quieren que esas averiguaciones continúen a fondo.

      Ocurre que la corruptela no es un patrimonio de un sólo grupo en el poder: se propaga con mayor o menor intensidad por todos los estamentos de la vida política.

      Vale como demostración lo ocurrido ayer: la Policía Federal lanzó un amplio operativo que terminó con la prisión del presidente del PSDB en Goiás (Estado provincial donde se localiza el distrito federal Brasilia). Se trata de Afreni Gonsalves, a quien se acusa de “desviar” hacia una empresa privada 1,5 millones de dólares de recursos del Estado nacional, que estaban destinados a obras de saneamiento. En esa operación policial bautizada “Decantación”, intervinieron nada menos que 300 agentes; y toca de cerca al gobernador de Goiás Marconi Perillo, uno de los dirigentes del Partido de la Socialdemocracia de Brasil (PSDB).

      Sin duda, esa fue una “devolución de favores” que Temer le hizo a sus aliados socialdemócratas. Basta atar hilos para percibirlo: quien comanda la Policía Federal es nada menos que el ministro de Justicia Alexandre de Moraes, quien tiene un rígido control sobre sus tropas uniformadas. El operativo Decantación se hizo por orden de ese funcionario. Después de haber mostrado las uñas, Temer decidió reunir a la cúpula de los dos grandes partidos que disputan los espacios de poder. Por la noche de este miércoles todos se encontraron en la casa del titular de la Cámara Baja Rodrigo Maia. Allí se dieron cita además del presidente interino, el jefe del Senado Renan Calheiros; el ministro Henrique Meirelles; el de Planificación Dyogo Oliveira; y los del núcleo político. Estaba también Aécio Neves, comandante del PSDB. La cita fue para buscar “una distensión” en la riña que se avecina.


      Sobre la firma

      Eleonora Gosman
      Eleonora Gosman

      Corresponsal en San Pablo egosman@clarin.com