Noticias hoy
    En vivo

      Cyborgs reales, con antenas y ojos biónicos

      Cyborgs reales, con antenas y ojos biónicosCLAIMA20151102_0007 Artista. El inglés Neil Harbisson se puso una antena.
      Redacción Clarín

      El primer ser humano en ser reconocido como cyborg por un gobierno tiene nombre y apellido: Neil Harbisson. Este artista británico que hoy reside en New York lleva una antena implantada en la cabeza. Esta suerte de apéndice –que él mismo diseño y un cirujano soldó a su cráneo– le permite “escuchar” los colores y percibir tonos invisibles como los infrarrojos y los ultravioletas, así como recibir imágenes, videos, música o llamadas telefónicas directamente a su cabeza desde aparatos externos como teléfonos móviles o satélites. “Pasaron más de dos meses hasta que el implante sanó y me acostumbré al nuevo sistema de entrada, pero ahora la antena y mi hueso se unieron con firmeza y mi percepción del color fue mejorada hasta un nivel más alto de calidad”, contó Harbisson.

      Otro caso similar es el de Rob Spence, un documentalista de Toronto que perdió un ojo durante su infancia. Gracias a su experiencia con las filmadoras, decidió convertir su prótesis estética en una minicámara para grabar lo que se veía desde esa perspectiva y transmitirlo por un dispositivo portátil. La vista la fue perdiendo gradualmente y cuando el órgano se encontraba en un estado irrecuperable, los cirujanos le recomendaron su extracción para prevenir que el otro ojo fuese afectado. Spence afirmó que se le ocurrió la idea de adaptarse una cámara cuando reflexionó que los teléfonos ya usaban una muy pequeña, que podrían caber en el espacio ocupado por el ojo.

      El dispositivo –creador por el ingeniero Kosta Grammatis, que trabajaba para la compañía de satélites y cohetes SpaceX y es su amigo íntimo– se introduce en una bola de coral que se acopla a la órbita donde estaba su ojo antes de ser removido. La cámara se mueve conjuntamente con su otro ojo, lo cual significa que Spence puede dirigir la cámara hacia su objetivo. De hecho, se trata de una parte fundamental de su forma de filmar documentales.

      Entre los casos más curiosos aparece el de Jerry Jalava, un programador de software finlandés que perdió su dedo en un accidente y se le ocurrió que allí podía implantarse una memoria USB. “ Es un implante desmontable con memoria USB dentro. Cuando tengo que usarlo dejo mi dedo en la ranura de cualquier máquina”, resume.