Noticias hoy
    En vivo

      El arte de comer afuera sin gastar un solo peso

      Andrea Heller y Matías Fernández, dos millenials que visitan restaurantes y lo cuentan en Instagram.

      El arte de comer afuera sin gastar un solo pesoMatías Fernández y Andrea Heller, encontraron la forma de dedicarse a lo que más les gusta. (Rolando Andrade Stracuzzi)


      Hace menos de cuatro meses que estos dos pibes se propusieron vivir sin gastar un peso. Y eso, según las ambiciones de cada uno, puede ser lo mismo que ganar muchísima plata.

      El dandi posmoderno frecuentemente es joven y tiene por objetivo hacerse escuchar. El comienzo pudo ser el blog y después, más al alcance de la ama de casa: las redes sociales. Como suele ocurrir, todo lo que se masifica luego necesita segmentarse (sofisticarse). Instagramers, youtubers, micrófonos de distinto orden porque, como decía un inglés, el camino de los excesos conduce al palacio de la sabiduría. Para eso existen Andrea Heller y Matías Fernádez, parejita de dulces 21 que hizo del canje un estilo de vida.

      Hace tres meses eran nada más que ellos dos. Hoy son ellos y una tribuna de seguidores que se multiplica geométricamente. El último chequeo decía 11.623 personas -casi de un día para otro- que esperan la foto de lo que suben al Instagram @food_in_ba.

      “Más de 400 comidas afuera desde el 15 de agosto. Calculá. A veces almorzamos afuera, a veces cenamos y normalmente hacemos las dos cosas. Decile... –pide él-, en algunos lugares donde nos invitaron pudimos haber gastado de 1.500 a 2000 pesos la cuenta”.

      ¿Cómo los definimos? “Somos un instagram gastronómico. Food bloggers. Instagramers”. ¿Cómo hacemos para contar esta historia? “Es fácil -ella-, esto empieza porque nos gusta mucho salir a comer afuera”. ¿Mucho, mucho? “Muchísimo... Vos te reís, pero este hobbie se convirtió en nuestro orgullo. Estamos muy contentos de haber logrado lo que logramos”.

      ¿Le sacan fotos a la comida y después la postean? “Sí” ¿Eso es todo? “Sí. Empezamos sacándole fotos a lo que estábamos comiendo y escribíamos un par de líneas. Instagram es imagen y la comidas entra por los ojos. Subimos las fotos y empezaron a seguirmos. Los primeros que nos dieron entidad fueron los de un restó que se llama Cafe Urbano. El chef nos convocó. Eso fue el 15 de agosto. Quería que conociéramos el lugar. Nos invitaron con una tabla muy rica que traía limonada, macarons...” Así empezaron a llegar invitaciones de restoranes y hoteles del interior. También de Uruguay, de Chile. ¡¿Una foto y unas líneas significa que podés comer gratis y viajar?!

      Posteo reciente: Tremenda bondiola braseada a la mostaza con cerveza negra.

      Recepciones, ferias de comidas, degustaciones. Los del palo ya empiezan comentar: “Ahí vienen los chicos”.

                                                            ...

      Ahora, la segunda parte. Andrea, cerebro de la organización, decidió que algo debería hacer con el exceso de calorías producto de tanta invitación. Justo pasó por la puerta de una conocida cadena de gimnasios y preguntó si les interesaba un canje.

      Queremos contar que@wellclub_oficial_ nos invito a entrenar a su gimnasio para poder llegar al verano con todo lo que comemos!! Es súper completo: máquinas, pileta ,zumba, ritmos latinos, Power jump, spinning y un montón de cosas más !!

      Tres canjes tiene la sucursal: la mediática Cinthia Fernández, Iliana Calabró y nuestra Andrea. Ultimamente incorporó canjes de ropa y accesorios que posa caprichosamente mientras ambos comen acá y allá.

      Lean: Hoy vinimos a @namidanikkei a probar su excelente propuesta de gastronomía. De aperitivo este maki skinny salmon. Estaba exquisito.Remera: @felisa_ok blazer: @josefinagrispino ...

      “No, nunca leímos ni una crítica culinaria. Sabemos que existen, pero nada. Escribimos cosas simples que nos salen tipo Terrible sánguche de vacío!!” A veces se ponen severos como Anton Ego, el crítico de la película Ratatouille:

      Sobre un sánguche de lomito: Mándale mayooo!! Ta secooo jajaj!

      “Ahora nos estamos yendo a Uruguay y andamos estudiando la posibilidad de conseguir un canje de traslados con marketing de Buquebus (...) No todo lo que escribimos tiene que ser positivo. Una vez nos invitaron de Tiendas Naturales, un lugar que se dedica a la comida saludable, y pedimos el menú del mediodía: ñoquis con pesto. Eran lo mejores ñoquis que probé -dice Matías-, pero nos sirvieron seis ñoquis. ¡No te pueden servir seis ñoquis! Lo publicamos y nos llamaron de nuevo. Quizás ahora hayan mejorado las porciones...”

      Andrea nos pregunta si se pueden hacer las fotos en una peluquería. ¿Adivinen? Si, tiene canje. En algún momento la palabreja millennial se cuela como esas incógnitas generacionales que los grandes confundimos con vicios ocultos o defectos. Dicen que Instagram está de moda y arriesgan la siguiente hipótesis: “Si esto pasara en Facebook, sería un bajón. Y en Twitter no da hacerlo porque Twitter es para gente vieja. El 72 % de los que nos siguen son mujeres. Nuestro público masivo es de 25 a 34 años... No, no usamos cámaras profesionales. Fotografiamos todo con la cámara de un iPod. ¿A corto plazo? Mmm, queremos tener un programa en YouTube”.


      Sobre la firma

      Hernán Firpo
      Hernán Firpo

      hfirpo@clarin.com


      Tags relacionados