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      Aprender a caminar con un libro en la mano otra vez

      ¿Dejamos de andar con un libro porque ahora llevamos los teléfonos? Una performance pondrá esto en cuestión, el sábado.

      Aprender a caminar con un libro en la mano otra vezConsignas. Lola Arias leyendo cómoda como parte de su performance. /Jorge Sánchez

      Es más que una impresión: antes, hace no tanto, las personas solían andar por la calle con un libro. Con un libro en los espacios públicos, en el colectivo, en el tren, en la cola del banco. Hoy sacamos el celular y nos ponemos a trabajar: contestamos emails, contestamos mensajes, posteamos una foto, firmamos peticiones, enviamos un audio. Lola Arias -actriz, escritora, directora teatral- pondrá esa idea en una performance que se hará este sábado en la Biblioteca Nacional y que involucrará a los lectores. La performance se llama Formas de caminar con un libro en la mano y es parte del festival literario FILBA, que arranca mañana. Clarín participó de un ensayo.

      “La idea de la perfomance es pensar en lo perdido en cuanto al libro y recuperar la relación material con él, ya que esa relación está desapareciendo con el teléfono". Es que "caminamos”, relató Lola Arias, “con la cabeza agachada, absortos en el celular”. De aquí que la perfomance quiere que el lector conecte con el objeto libro, en el ámbito de la biblioteca. “Queríamos volver a mirar y resignificar el espacio de la Biblioteca Nacional”, explica Amalia Sanz encargada de contenidos del FILBA, “ya que nuestros hábitos lectores cambiaron. Y además conocer espacios de la Biblioteca, como el depósito o la sala antigua de los ficheros, a los que nunca accedería el lector común sino fuera por esta propuesta que le hacemos”.

      Participar. La cronista, Patricia Suárez, en el ensayo de la performance. Hay que dedicar un libro.Participar. La cronista, Patricia Suárez, en el ensayo de la performance. Hay que dedicar un libro.

      La perfomance es activa, pero no invasiva y permite que cada uno la haga a su ritmo o bien que se saltee un paso. El precio por participar es donar un libro, al que deberá escribírsele una dedicatoria. Este libro será intervenido inmediatamente con papelitos con las veinte instrucciones de la perfomance. Exactamente igual al que recibiremos más tarde.

      Al lector participante le darán una coordenada en la entrada, por ejemplo, 2 (el número de fichero) Gil (el cajón donde hurgar) o 2 Yan, para buscar el libro en los antiguos ficheros de la Biblioteca. Estos funcionaron hacia 1935 y hoy están en desuso. Vérselas con el asunto de buscar y encontrar un papelito en un fichero hoy por hoy no es fácil y la cosa lleva su tiempo.

      El lector encontrará una ficha azul que deberá entregar a una señorita, quien a cambio le dará un título de aquellos donados por los lectores. De Paul Auster, Edouard Levé, Daniel Defoe, al azar.

      En esta especie de juego de rol dentro de una biblioteca, la primera instrucción es fácil: hallar la posición más cómoda para leer; un sillón, una silla. A la par que se realiza la performance, los lectores y estudiantes "normales" se encuentran abocados a sus textos y probablemente uno los distraiga intentando espiar qué libros leen ellos (otra de las consignas de la perfomance) o cuando leemos en susurros (la consigna cuatro). A la gente que está intentado concentrarse en apuntes de aritmética puede que le caiga como una patada al riñón que el participante de la performance se pasee con un libro en la cabeza y le quite concentración con el paseíto, pero todo sea por reencontrarnos con nuestro hábito lector.


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      Quienes están en la perfomance se cruzan unos con otros y el encuentro puede ser risueño o de una incomodidad total. Más tarde deberemos descender en un ascensor especial donde la performer hace una actividad casi teatral y un poco desconcertante; llegaremos al depósito de libros y allí se podrá sentir la respiración de esos ascensorcitos que hacen feliz al lector del quinto piso subiendo a su encuentro.

      La consigna dieciséis nos pide echarnos debajo de un árbol en la explanada a leer. Otras consignas de la perfomance, en cambio, son introspectivas: “Leé en susurros la página frente a esta". "Escuchá en tu voz la voz del libro". "¿Alguna vez leíste para alguien en susurros?” Al final, el lector se llevará a casa el libro intervenido. Todavía queda una instrucción para el camino y para el hogar.

      Como proceso de concientización de nuestro hábito lector, sin duda la perfomance será exitosa y dejará pensando a los participantes. Tal vez conceptualmente, se omitió considerar que muchos de los lectores que andan metidos hoy en sus teléfonos, en realidad leen con la misma intensidad que una generación atrás leía en papel. Hay un dejo de melancolía en esta perfomance por una práctica perdida, y regresa a la anacrónica discusión de formato físico versus formato digital o fin del libro. Paradójicamente, la perfomance piensa en el libro con melancolía pero mientras sus participantes realizan las actividades en un área de la biblioteca, justo en la de al lado hay decenas de estudiantes leyendo textos y apuntes en notebooks y teléfonos.

      Ficha

      La performance será el sábado 30 entre las 16 y las 18 en la Biblioteca Nacional, Agüero 2502. El punto de encuentro es en la explanada.

      La entrada será un libro.

      Inscripción previa en talleres@filba.org.ar


      Sobre la firma

      Patricia Suárez
      Patricia Suárez

      cazadoraoculta@gmail.com