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      Límites en Los Abrojos, los gustos de Macri y reemplazos con identikit

      El Presidente pide defender las reformas y avanza con nuevos nombres para su gobierno. 

      Límites en Los Abrojos, los gustos de Macri y reemplazos con identikitMauricio Macri felicita a Miguel Etchevehere tras el discurso en la inauguración de la Rural. Ahora lo designó en Agroindustria.

      Cita de domingo en Los Abrojos

      El Gobierno cree que las 48 horas del presidente junto a una delegación multipartidaria en Nueva York son el broche a los dos primeros años de su gestión. Pero le preocupa más el examen al que será sometido el jueves, cuando reciba a los gobernadores para discutir la nueva etapa de acuerdos. Para ajustar esa cita y para indicar las tareas pendientes, Mauricio Macri convocó ayer a una reunión de coordinación excepcional, en domingo y en Los Abrojos. Juntó a Marcos Peña, Rogelio Frigerio, Nicolás Dujovne, María Eugenia Vidal, Mario Quintana, Gustavo Lopetegui y algún amanuense, para releer los protocolos que establecen los límites de negociación de cada iniciativa –presupuesto, pacto de responsabilidad fiscal, reforma fiscal, reformas laborales– para que del encuentro del jueves salgan anuncios de buenas noticias.

      Mauricio Macri con el canciller del Papa, Paul Gallagher.Mauricio Macri con el canciller del Papa, Paul Gallagher.

      Quienes lo han seguido en estas horas, anotan en ese empeño de mostrar una nueva etapa, el largo speech que le propinó el sábado en Olivos al enviado de Francisco, su canciller/cardenal Paul Gallagher, sobre el rumbo de la economía. Adoptando el mismo curso ideológico que el Pontífice, le dijo que todos los esfuerzos de su Gobierno están dirigidos a recuperar a los excluidos y a reparar las relaciones entre la ética y la economía. Un panal para los oídos del enviado, que viene de estar en el Vaticano en dos seminarios sobre ética, economía y mercados, que organizó el Papa con el consultor estadounidense Jeffrey Sachs y la presencia de los locales Juan Grabois y el cura Juan Carlos Scannone. Macri, más papista que el Papa, dirá alguno.

      Dos primicias para Peña

      Gallagher va a estar hoy a solas con Peña, antes de ir a La Montonera, sede de las sesiones del Episcopado, que debe elegir esta semana, cuando el cardenal ya esté de regreso en Roma, a su nuevo presidente. El jefe de Gabinete puede recibir hoy dos primicias del enviado papal: a quién quiere Bergoglio como nuevo jefe de los obispos, y quién será el nuevo nuncio (embajador) en Buenos Aires. El que se va, el suizo Emil Paul Tscherrig, fue despedido por Macri el sábado en Olivos, cuando acompañó a Gallagher, y tiene destino privilegiado: será el nuncio en Roma. Allí el obispo es su amigo Francisco, que dice de él con cariño: “Cómo le gusta caminar por las montañas de Suiza…”.

      Ahora reemplazará en Roma a Adriano Bernardini, adversario de Bergoglio cuando era nuncio en Buenos Aires. De esto saben largo, y esconden mucho, algunos amigos del Papa que despidieron a Tscherrig en un recoleto quincho-museo de Almagro. La Iglesia es un milagro de vasos comunicantes, por eso el suizo festejó su nuevo destino junto a ex embajadores en el El Vaticano como Carlos Custer, Juan Pablo Cafiero y Eduardo Valdés, y dos secretarios de Culto; un ex, Guillermo Oliveri, y otro actual, Santiago de Estrada. Veedores, el senador Federico Pinedo y el embajador Eduardo Mallea, sindicalista de diplomáticos.

      Giro proteccionista

      Mauricio Macri, entre las muchas novedades que mostrará hoy en Nueva York, explicará el sesgo proteccionista de algunas de sus decisiones, como el Ministerio de Agroindustria y el embajador en los EE.UU.. Ya nadie le pregunta al Gobierno si hay posibilidades de contra-ola cristinista a la vista. El resultado de las elecciones aventa esa posibilidad, que les mete miedo a los inversores para los próximos años. También ese breviario de podredumbre, que sintetiza la suerte judicial de algunos funcionarios del anterior gobierno, le da una fuerza casi tercermundista a su gestión. Si así trata la Argentina a nuestros adversarios, pueden presumir los anfitriones de la Gran Manzana, es porque hubo un cambio en serio por allá. Ese crédito le hace ver al Gobierno que no hay enemigos a la izquierda, y que se puede permitir algunos gestos de tercerismo protector.

      Adolfo Rubinstein, nuevo ministro de Salud.Adolfo Rubinstein, nuevo ministro de Salud.

      Los corros intentan encontrarles alguna racionalidad a las designaciones del Macri pos electoral, cuando la academia lo amenaza con el hacha de la ortodoxia económica; lo mismo intentan aclarar algunos interlocutores de estas horas en Nueva York. Quienes lo frecuentan a Macri no tiene tantas dudas. En el caso de Agricultura, como en Salud, Macri se da gustos que no pudo darse cuando asumió. Pensó en 2015 en un radical como José Cano para Salud. Se lo vetaron las farmacéuticas que no tenían buen recuerdo de este tucumano de cuando fue senador, y se discutieron leyes para el sector. Ahora lo pone al radical Adolfo Rubinstein, que era viceministro desde enero. En aquel momento Rubinstein pidió el cargo de Jorge Lemus; y le respondieron: “ Esperá unos meses y vas a ser ministro”. Se cumplió la espera, y es ministro.

      Otro gusto con Etchevehere

      También se da el gusto Macri al llevar recién ahora a Luis Miguel Etchevehere a Agricultura. El presidente de la Rural era su candidato en diciembre de 2015, pero se lo bajaron otros lobbies, que ahora fruncen el ceño al conocer su designación. Etchevehere representa como pocos al campo interior, y es una leyenda política para Macri, por sus tomas de posición en favor del gobierno. Pero como hombre del sector, se enfrenta con las multinacionales que presionan desde hace años para que la Argentina reconozca la propiedad intelectual sobre las semillas y los agroquímicos, que hacen la riqueza del campo. Por esa resistencia Etchevehere no fue ministro en diciembre de 2015.

      Luis Miguel Etchevehere, nuevo ministro de Agroindustria.Luis Miguel Etchevehere, nuevo ministro de Agroindustria.

      En los dos años de gobierno de Cambiemos, sigue pendiente el proyecto de ley de semillas, que tiene que resolver ese conflicto. El lobby de las empresas dice que, si la Argentina no admite el reconocimiento pleno, y asegura la cobrabilidad de las regalías por las patentes, no habrá tampoco inversiones en masa. Aquel lobby había logrado, por iniciativa del ministro Julián Domínguez, un acuerdo con el Gobierno y los productores para un proyecto de semillas que reconociese las regalías. Pero en 2012, cuando ya no estaba Domínguez, la Rural, presidida entonces por Héctor Biolcatti, hizo caer el acuerdo. Seamos claros, aquellas gestiones acuerdistas de Domínguez hicieron que Cristina de Kirchner lo sacase del cargo, y después lo hundiese como candidato a gobernador de Buenos Aires. La gente del campo hablaba demasiado bien de él.

      Embajador en Washington

      Un sesgo también sectorial y proteccionista tiene la propuesta del empresario Oris de Roa como embajador en los Estados Unidos. Es una estrella del comercio exterior agropecuario, sabe como pocos de limones, industria en la cual ha tenido grandes inversiones la familia presidencial. De hecho, el principal antecedente de Oris es haber sido titular de San Miguel, la firma más grande del mercado de exportación de limones, una compañía que nació de la venta que hizo el grupo Socma a los Bemberg, que crearon la marca San Miguel. Ahora Oris tiene que ir a Estados Unidos a asegurar que no se vuelva a caer la exportación de limones que se autorizó en agosto pasado, y a pelear por el ingreso del biodiésel, castigado por Washington por la presunción de que las retenciones preferenciales a la soja, insumo de ese combustible, son un subsidio desleal.

      Fernando Oris de Roa, propuesto para embajador en Estados Unidos.Fernando Oris de Roa, propuesto para embajador en Estados Unidos.

      Oris, que viene de ser funcionario de Horacio Rodríguez Larreta, estará en la embajada que fue de Martín Lousteau recién en enero, por el lento trámite de plácet (se pidió el mismo viernes cuando se anunciaron las nuevas embajadas) y acuerdo en el Senado. En esas horas habrá otro paquete de designaciones de embajadores, entre los cuales estará el pase del radical Agustín Verón Guerra de Bruselas –Unión Europea, destino de Buryaile– a París, sede que desocupó el canciller Jorge Faurie, y dos cargos que todos miran con cariño: embajada en Canadá y consulado en Nueva York, semillero de estrellas como Jorge Argüello y Héctor Timerman.

      La salida de Buryaile

      En este pase de Buryaile a Unión Europea hay que mirar más la salida que el destino. Al formoseño lo sacan del cargo por su falta de adaptación al estilo gerencial que les impone Macri a algunos ministerios. Buryaile es un productor que no se adaptó del todo a la gimnasia del tablero de resultados, y al ejercicio de informar hacia arriba cada paso de su gestión. Para la mesa de los CEOs, les parece muy político y poco empresario. Va a pelear el segundo tramo del acuerdo Unión Europea-Mercosur, que incluirá las posiciones agropecuarias que no quiere ceder aquel continente.

      Ricardo Buryaile, de Agroindustria a la Unión Europea.Ricardo Buryaile, de Agroindustria a la Unión Europea.

      El trabajo fino ya se hizo en Madrid, y la firma del acuerdo parece asegurada para fin de año, y se anunciará en la cumbre de la OMC de Buenos Aires. Es un acuerdo chico, pero Argentina y Brasil han preferido firmarlo como está para después, una vez adentro, discutir lo que falta. Es una embajada de mucho trabajo y poca diversión, que tiene como consuelo que el embajador ocupará una coqueta residencia, que hace la envidia de los colegas de otros países. Está en las afueras de Bruselas en un parque que es reserva mundial y donde hay unas pocas casas que ocupan los descendientes del dueño de todo el predio, el Barón Solvay. Sí, el mismo de la Soda Solvay. Allí fueron felices, entre otros, Rodolfo Lavagna y Jorge Remes Lenicov. Que le proveche a Buryaile.

      Identikit del próximo Gils Carbó

      El Gobierno mantuvo en la discreción estas designaciones que Macri tenía in pectore antes de las elecciones. El criterio era que debía ser alguien que nadie reclamase como propio -un partido, una corporación- y que estuviera en línea con la naturaleza de los dos gobiernos, que son presididos por hombres de negocios. También tiene decidido Macri otro identikit, el del candidato a procurador de la Nación, después del “milagro”, diría Carrió, de la renuncia de Alejandra Gils Carbó.

      Alejandra Gils Carbó, la procuradora que se va el 31 de diciembre.Alejandra Gils Carbó, la procuradora que se va el 31 de diciembre.

      La designación y su anuncio se los guarda el presidente para cuando se acerque la fecha de la salida de la jefa de los fiscales, que viene a ser el 31 de diciembre. Se conocerá antes, porque se va a aplicar una suerte de “222” o sistema de audiencia pública con lapso para observaciones, como prevé el decreto que lleva ese número, para los jueces de la Suprema Corte. Lo firmó Néstor Kirchner en 2003 por inspiración de Gustavo Béliz. Esas normas se presentaron como una limitación de facultades del Presidente, y estuvieron inspiradas por un popular abogado constitucionalista que, como tantos, quiso ir a la Corte y nunca lo propusieron. ¿Para qué dar el nombre? Viene de perder una demanda notable en defensa de un candidato, por presentar un recurso fuera de término. ¿Para qué mortificarlo más? Si son todos animalitos de Dios.

      Pesadilla con abogados

      El mismo ojo presidencial que describió el identikit del embajador en Washington, ensayó el del postulante a procurador General de la Nación. Debe ser un abogado que no pertenezca al sistema de fiscales, que tenga mucho prestigio en el ejercicio de la profesión, y que no tenga terminal ni política ni de los organismos de inteligencia. Una de las fantasías criollas afirma que la ex SIDE controla a los jueces, y que cortar ese cable es la clave de la solución de los problemas argentinos. La ley le sacará al cargo la condición vitalicia que tenía con Gils Carbó, con lo cual se tratará de evitar que ese abogado mágico termine obedeciendo a alguna terminal.


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      Este identikit del procurador expresa una de las constantes del gobierno de Macri, que no es un gobierno de ricos para ricos, sino de abogados para abogados. Los colegas de esta profesión pueblan los ministerios librando peleas abogadiles, que son guerras de clase entre abogados peronistas de medio pelo, emergentes que buscan su destino en los bares de tribunales y compran sus camisas en roperías -ahora12- de esa zona, contra los capitostes de los estudios de grandes empresas. Todos sueñan con capturar a jueces y fiscales en una guerra cósmica que no es tan original: la profesión de abogado es ritualista y conservadora en todo el mundo (hay países en los cuales usan togas y pelucas, como en las películas), y en todos los países de cultura mediterránea es el último bastión de la lucha de clases. Los procesos de “justicia legítima” nacieron en España e Italia con quejas de los emergentes contra las familias judiciales, sus ritos, costumbres y ventajas corporativas. Quien escriba mañana la novela de Macri deberá recrear la mortificación que debe producirle vivir rodeado de dos oficios que cree cifran la desgracia de todo hombre público: los abogados y los periodistas. Lo disimula bastante bien.


      Sobre la firma

      Ignacio Zuleta
      Ignacio Zuleta

      Periodista y consultor político