Noticias hoy
    En vivo

      El retorno de los brujos

      La oposición se agita frente al tratamiento de la ley de ART y el Gobierno convoca a Carrió para dar batalla. La pausa de Scioli  reacomoda al PJ.

      El retorno de los brujosMiguel Angel Pichetto Presidente del bloque de senadores del FPV Foto Emiliana Miguelez buenos aires Miguel Angel Pichetto presidente del bloque de senadores senador del partido frente para la victoria nota entrevista reportaje

      El año parecía comenzar con una sesión en el Congreso que fue emblema de las capacidades florentinas de negociar, de las que alardea el gobierno. Pero la cita de esta semana para hacer ley el nuevo régimen de riesgos de trabajo será una foto para que la oposición se haga un plato con la virtud ajena, es decir la del gobierno, que se enredó en otros episodios de un pasado que lo sigue a Macri como un perro fiel. ¿No sabían en casa de Gobierno que se venía un juicio Macri vs. Macri, bramaban los funcionarios en Casa de Gobierno que se enteraron por los diarios de la polémica por el concurso del ex Correo entre el Estado y el grupo Socma? ¿Cómo le dejan ese tema a Jorge Aguad, cuando era de un peso político que requería otro tratamiento? El caso forzó explicaciones que pudieron darse antes, por lo menos hacia adentro. Si existía ese juicio Macri vs. Macri, la oposición debió ser llamada mucho antes, para decirles “Miren, hemos heredado esto del gobierno K. ¿Quieren que el Estado gane o pierda? Díganlo, porque esto viene de antes, no es nuestro.” Esos reproches estallaron en la tarde del lunes, cuando los mirones que tiene el gobierno sobre las redes sociales - que es el barómetro de las conductas tácticas en el hora a hora - avisaron que había un tsunami de críticas del público. Macri estaba en Río Negro y venía de un cumpleaños en paz en Chapelco, y no ocultó el mal humor ante sus entornistas, así lo percibieron algunos gobernadores con quienes estuvo en Viedma. Como le dejó la conferencia de prensa a Rogelio Frigerio, el enojo se viralizó entre los funcionarios. Más allá de lo que digan las explicaciones que abundan en estas horas, el show tiñe la sesión del miércoles sobre las ART. Iba a ser brevísima, pero ahora dará para un retablo de reproches, críticas, y respuestas sobre este caso que le cayó al gobierno con la misma sorpresa que las transferencias del jefe de los espías, las infidencias telefónicas de Daniel Angelici y otras lindezas.

      Carrió convocada al servicio activo

      Ante ese formato, el oficialismo blindará su bancada. Esto implica la convocatoria al servicio activo de Elisa Carrió, que se sentará en la banca y moverá la artillería. El mismo miércoles cuando se conoció el entuerto postal, los llamados desde Buenos Aires fatigaron los teléfonos de la chacra en la que ella descansaba en las serenas costas ignacianas del Uruguay. Con sus amigos radicales se quejó de la improvisación de un gobierno que lleva ya por lo menos tres episodios relacionados con la vida personal de altos personajes, que caen si pararrayos y desbaratan cualquier esquema de ordenamiento interno. También pidió un informe a su lugarteniente Fernando Sánchez, a quien esperaba este fin de semana en un quincho de trabajo, pero que ahora la esperará en Buenos Aires. No se opina nada hasta que el gobierno no aporte la información detallada sobre el caso. Una alarma amarilla para el oficialismo, esta situación. En la reunión del miércoles en la oficina de Marcos Peña, la mesa de coordinación sancionó que este año el gobierno no necesita ninguna ley clave, que cuenta con la que necesita para gobernar y que es un año en paz. Este comienzo modifica la confianza con la que el oficialismo va a escuchar el 1° de marzo a Macri en el discurso inaugural de las sesiones. En esa reunión estuvieron Emilio Monzó, Nicolás Massot, Silvia Lospennato, Fernando Sánchez y los locales Mario Quintana y Gustavo Lopetegui.


      Mirá también

      Scioli, en modo pausa, resetea al peronismo

      Nada golpeó tanto en la colectividad política como las confesiones íntimas de Daniel Scioli sobre su futuro político, que publicó el domingo esta columna. Sus dichos sobre las dudas sobre su candidatura y el llamado a un peronismo que mire hacia adelante y no hacia atrás se viralizó y se convirtió en materia de análisis de todas las tribus del peronismo. Para el cristinismo es un abismo, porque se sostiene hoy en las encuestas con la dupla Cristina-Scioli. Si éste pone en modo pausa, dinamita la plataforma en que se basa el proyecto de una Cristina candidata. Scioli se sostiene hoy por un sciolismo sociológico que le reprocha la cercanía a Cristina. Si éste no alimenta un futuro airoso, el ex gobernador imagina nuevas construcciones sobre la base de esa adhesión de su público. Para el resto del peronismo, que buscó hablar con un Scioli que se mantuvo callado en La Ñata, es un aporte a la moderación, e interesó mucho en el massismo, porque es también un nuevo adversario que no imaginaban, fuera de Cristina. Para el gobierno, le licua más a la oposición peronista en Buenos Aires. Imaginan hasta ahora una elección de tercio, tercio y tercio - peronismo K, massismo, macrismo. Un riesgo, como dice Miguel Pichetto, porque con 35 ganás y con 31 perdés. Es jugar con fuego. El dial puede modificarse si se licua la dupla PJ por la migración de Scioli. Esto habilitó nuevas quimeras: por ejemplo, reaparece el nombre de Esteban Bullrich como candidato a senador nacional, grilla hasta ahora reservada a Elisa Carrió y Jorge Macri. El peronismo puede reactivarlo a Florencio Randazzo, gran “cucharita” de la política, recoge y recoge, pero nunca pincha.

      Más peleados los CEO y los políticos

      Febrero comenzó con tumultos que anuncian el clima del resto del año, y los episodios dieron para que se ahondasen las divisiones en el gobierno entre los tecnócratas y los políticos, entre los burócratas y los brujos, la mesa de los CEO y los escuderos del ala política. Éstos se anotaron un punto importante el lunes, cuando asumieron las consecuencias del DNU sobre ART que puso al gobierno, de manera insólita, en manos de un kirchnerista de segunda categoría, el diputado por Rosario Marcos Cleri. Preside la comisión que analiza los DNU, y recibió un regalito del macrismo: que el kirchnerismo fuera árbitro de una guerra simbólica. El proyecto de ART, aprobado por el Senado con la anuencia de casi todos los legisladores, quedó al borde de la derogación. Para la mesa de los CEO era una pavada porque si la comisión lo volteaba seguía vigente por la sanción del Senado. Emilio Monzó, de regreso activo el lunes, tuvo la idea de enfrentar esa guerra florida, esa pavada que le rayaba la carrocería al oficialismo y retomó las críticas que un Mario Negri había hecho en enero en dos reuniones de gabinete: 1) ojo este año con los DNU porque es año electoral y somos minoría; 2) aunque sean pavadas, como ART o los feriados, le damos al peronismo pasto para atacarnos, cuando son mayoría en las dos cámaras. Monzó reactivó esas críticas y convenció al vértice de que había que contraatacar con un llamado a sesiones extraordinarias. Armó varias mesas, una de él con Sergio Massa y el bossista Oscar Romero, otra con Nicolás Massot (jefe del bloque Pro) y la massista Graciela Camaño. Massa demoró en apoyar el voto en Diputados, para eludir la nueva trampa kirchnerista que repetiría la mascarada de Ganancias, de los massistas abrazados a Máximo Kirchner y Axel Kicillof. Esa algarada le costó una caída de por lo menos ocho puntos en las encuestas, pero alimentó uno de los cursos de acción del Frente Renovador, luchar por la cabecera en algún curso de unificación del panperonismo.


      Mirá también

      Massa dividido entre acuerdistas y rupturistas

      En esos cabildeos se dividieron también las aguas en el massismo. El jefe del Frente Renovador, gran timbero, esperó hasta último momento para dar el apoyo a la sesión. El domingo por la noche, lo acosó José Ignacio de Mendiguren, autor de buena parte de la iniciativa, que puede darle la reelección como diputado nacional, en el quincho que improvisó el intendente Martín Soria detrás del escenario de la Fiesta de Manzana en General Roca. Estaban, además del anfitrión, que juguetea con el Frente Renovador para irritación de su hermana, la diputada cristinista María Emilia Soria (que llevó hordas camporistas para chiflarlos esa noche a Massa y a su hermano; los Soria son una familia de aquellas...), el diputado Marco Lavagna, el “Ratón” Raúl Pérez - que negocia los DNU como integrante de la bicameral respectiva, y el “Vasco”. Massa esperó al martes, a que lo llamasen Monzó y Miguel Pichetto, para pedirle que apoyase la sesión ante la caída del DNU en una sesión de apuro. Volcó – luego de levantar el precio del pacto en términos que ya se conocerán - la opinión que estaba divida en su gente entre el sector de Graciela Camaño, que cree que el FR tiene que construir sobre la base de aparecer como un seguro de gobernabilidad, y otro que se encarna, diríamos, en un Felipe Solá, que cree que hay que ir a una oposición rabiosa que los acerque al peronismo. El ex gobernador está en el plan de ser candidato a diputado por Capital, con Marco Lavagna de primer legislador y el acompañamiento del ubicuo bergoglista Juan Manuel Olmos. Gana por ahora la primera línea, porque ésta dinamita los puentes entre Massa y Margarita Stolbizer, que es hoy el seguro de prestigio de la dupla en las encuestas. A más peronismo, menos Margarita, y viceversa. Cerró todo Macri, que estaba en Brasil el martes, hablando con Monzó por teléfono y autorizando la publicación del decreto de convocatoria a extraordinarias que se firma por internet, sin necesidad de su presencia.

      Larreta-Vidal copan la magistratura

      En el retorno de los brujos de la política hay que anotar la reactivación de operadores de la política que sobreviven en tensión con el sector de los CEO’s. Anote el lector entre aquellos a Monzó (a quien desairó María Eugenia Vidal al suspender el almuerzo del jueves, argumentó un virus...), Pichetto, que maneja el único polo de poder institucional que tiene el peronismo, que es el bloque del Senado, Massot y Negri, que no dejó de discutir la posición de los “brujos” durante todo enero, hasta que le dieron la razón. También hubo brujos en otras fabricaciones discretas del oficialismo. La más notable fue el copamiento del Consejo de la Magistratura en la primera sesión del año, con la asunción del joven larretista Agustín Cinto como nuevo administrador de ese cuerpo. El gobierno logró, pese a reticencias del ala radical del oficialismo, que renunciase Juan Cubría, que viene del kirchnerismo pero que es hijo de María Servini, súper jueza a cuya merced quedaron todos. Van a ver lo que es. Fue un regalo a Ricardo Lorenzetti, a quien este Cubría había puesto en la mira por un presunto cobro de pesos. El reemplazo tiene miga política: Cinto era hasta ahora el interventor de María Eugenia Vidal en la municipalidad de Mar del Plata. Responde políticamente al principal aliado de Vidal, Horacio Rodríguez Larreta, y lo habían mandado a la ciudad Feliz con órdenes de Joaquín de la Torre, para que lo controlase al extravagante intendente Pro Carlos Arroyo, que no da pie con bola.


      Sobre la firma

      Ignacio Zuleta
      Ignacio Zuleta

      Periodista y consultor político

      Bio completa