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      El mejor amigo del runner

      Los perros forman parte de nuestras vidas y nos acompañan constantemente. Algunos, incluso cuando hacemos ejercicio.

      El mejor amigo del runnerVerónica Luque corre con Roco por Palermo. Foto: Alfredo Martínez.

      Federico Ladrón de Guevara flaguevara@clarin.com Así como hay gente que corre sola, en grupo, en pareja, con su amante o con sus compañeros de oficina, están los que, para salir a mover el cuerpo, eligen la compañía de sus mascotas.

      En esa búsqueda de liberación de endorfinas, podría decirse que hay diferentes estilos.

      • El del runner que lleva a su perro con la correa larga o con la correa corta.
      • El del runner que, mientras corre, saca mucho más la lengua que su perro.
      • El del runner que corre detrás de su perro, en especial, si su perro es un galgo.
      • El del runner que corre delante de su perro, en especial, si su perro es un salchicha.

      En todos los casos, eso sí, los perros no llevan zapatillas con suela de aire, vinchas, riñoneras ni botellitas de agua.

      Las ventajas de esta disciplina son varias. El runner saca a pasear a su mascota y, además, se entrena. Eso sí, la situación se puede complicar si el perro quiere detenerse a cada rato a hacer sus necesidades, sobre todo si detecta algún arbolito. O sí, acalorado, se tira de cabeza en alguno de los lagos de los Bosques de Palermo.

      En los últimos tiempos, ya se sabe, cada vez son más lo que salen a correr con sus canes. Y no sólo eso: se han organizado diferentes competencias. “Es una práctica muy beneficiosa tanto para las personas como para sus perros”, aseguran los especialistas. 



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      Verónica Luque y su perro Roco.Verónica Luque y su perro Roco.

      Con el labrador a todas partes

      La familia de Verónica Luque es una familia muy deportiva. Casi que viven en zapatillas y shorts. Ella empezó a correr motivada por su marido, Pablo, con quien está casada desde hace 21 años. Sus hijos juegan al hockey y al rugby en Ciudad de Buenos Aires. Y Vero, además, se entrena con su perro Roco, un labrador de cuatro años. Una rutina que la ayuda a mantenerse en forma y que entre otros beneficios le permitió dejar de fumar. “Roco me hace muy buena compañía”, cuenta Vero, que trabaja en recursos humanos y cuya zona de running es Palermo. “A Roco le encanta correr. A veces me cuesta controlarlo. Como todo labrador, hace lo que quiere, pero es muy divertido correr con él”, dice.

      Correr con perrosCorrer con perros

      En invierno mejor que en verano

      Julián Rodríguez Zavalegui es un odontólogo de 37 años que, “dos o tres veces por semana”, sale a correr con Polux, un bóxer de seis años, por el Vial Costero de Vicente López, el Parque General Paz o por Pampa y Figueroa Alcorta.“La madre de Polux, Ellie, tuvo cinco cachorros. Y con mi mujer, Romina, decidimos quedarnos con dos: Polux y Tina”, cuenta Julián, que también tiene un hijo, Gabriel, de 11 meses. Y agrega: “A Polux lo llevo a correr desde que él era muy chiquito. A los dos nos hace muy bien, sin dudas. Es una práctica muy recomendable. Así, él consume energía y después está mucho más relajado. En invierno podemos correr hasta 15 kilómetros, y en verano, no más de cuatro. El calor lo cansa, se acuesta en el pasto y no quiere correr más. A veces, para no agotarlo, lo llevo de vuelta a casa y yo sigo corriendo”. El año pasado, en la categoría “perros grandes”, Julián y Polux salieron primeros en la Dog Run de Palermo. “Polux es un atleta más”, sigue Julián, orgulloso de su mascota. “Los sábados, cuando vamos a entrenarnos con el team del Indio Cortínez, Polux es muy sociable. Cuando llegamos, saluda a todos. Y se lleva muy bien con otros cuatro perritos que forman parte del equipo, Ciro, Oscarcita, Betuna y Magoya”, describe.

      Correr con perrosCorrer con perros

      Ellos son los que marcan el ritmo

      Profesora de educación física, de Lomas, Nadia Demona también corre con sus dos perros, el bóxer Cartucho, de cuatro años, y la weimaraner Ema, de seis. “Empecé a llevarlos a entrenarse conmigo cuando me di cuenta de que me veían ponerme las zapatillas para salir a correr y se emocionaban. Además, si no los sacaba, me rompían toda la casa”, relata Nadia. Y profundiza: “Cartucho es un relojito. Me marca el ritmo. Y Ema es hiperquinética: es más ágil y más resistente. Según mis obligaciones laborales, nos entrenamos a la mañana o a la noche. Podemos correr cinco, siete, diez o 15 kilómetros. Les hace muy bien: desde que lo saco a correr duermen mucho mejor”. A veces, también, Nadia se ejercita con su novio Ivo. “Ahí corremos los cuatro, la familia completa”, suma esta runner que ha corrido en distintos lugares del país. “El año pasado nos fuimos de pretemporada a Cachi, en Salta, y como había otra perrita que nos seguía, la sumamos el equipo. La bautizamos Chispita”.


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      En abril regresa la carrera mixta

      La última carrera de atletas con perros, de cinco kilómetros, se organizó en Palermo, en 2015, y hubo 3.000 participantes (también hubo una versión rosarina). Fue un éxito. La competencia estuvo dividida en tres categorías: perros chicos, medianos y grandes. Para este año, Dog Run tiene previsto armar una carrera similar, “siempre con espíritu lúdico”, el 30 de abril. “Nuestro objetivo es transmitir la importancia de la vida sana, el deporte y la familia junto a nuestros perros”, aseguran en la organización. Más info, en dogrun.com.ar.


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      Los dos se benefician

      Opinión

      Silvina Muñiz Veterinaria, directora de Dog Run

      Al correr, el ser humano y el perro se benefician. Como es una actividad lúdica, el vínculo entre ambos se fortalece. Se trabaja como un binomio, en equipo. El animal espera ansioso la hora de salir a entrenar. Y está comprobado que los perros que salen a correr con sus dueños tienen menos conductas “indeseables”, como romper cosas de la casa.

      El perro es un compañero incondicional a la hora de correr y nunca tiene pereza. Esto es algo que motiva mucho a quien lo lleva.

      Hay perros que por su raza, estado físico, alguna patología o de edad avanzada no tienen buen intercambio de oxígeno y pueden verse perjudicados con este deporte. Es el caso de los perros que tienen cara chata, como el bulldog y el pug, entre otros.

      El entrenamiento siempre debe ser paulatino. Y es fundamental visitar al veterinario para un chequeo previo de salud del animal.

      También es importante saber que el perro va a seguir a su dueño hasta quedar agotado. Por eso es una responsabilidad del dueño evaluar el cansancio de su compañero a la hora de entrenarse.

      La anatomía del perro, como la del lobo, está preparada para correr en pisos blandos. El asfalto duro y caliente puede provocarle lesiones en los pulpejos de los dedos. Si no se corre en espacios verdes, es necesario alterna entre el asfalto y zonas blandas con pasto o tierra.

      ¿Cuáles son las claves para un perro que corre maratones?

      • El día de la carrera, el perro debe comer temprano la mitad de su ración habitual. Y la hidratación debe mantenerse hasta media hora antes de la largada.
      • La entrada en calor es fundamental.
      • Durante la carrera, el animal debe correr sin bozal, ya que es el jadeo la forma que utiliza para el intercambio de oxígeno y la eliminación de calor.
      • Los perros deben ir siempre con una correa.
      • Después de la carrera, el organismo del perro experimenta una sensación de fatiga, o incluso de agotamiento, que se manifiesta con calambres, rigidez muscular o imposibilidad de moverse. Los animales deben seguir moviéndose suavemente, ya que el trabajo muscular, aunque sea muy reducido, aumenta aproximadamente seis veces la irrigación muscular, algo muy importante para la eliminación de los residuos metabólicos.

      Sobre la firma

      Federico Ladrón de Guevara

      flguevara@clarin.com


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