Ruckauf deja a Solá en el Gobierno bonaerense

Será temprano, en dos actos rápidos y sin formalidades: la Asamblea Legislativa bonaerense aceptará hoy la renuncia del gobernador Carlos Ruckauf y en su remplazo, hasta el final del mandato en 2003, designará a Felipe Solá.

La sesión parlamentaria está convocada para las 10, y al mediodía Solá anunciará la conformación del Gabinete que lo acompañará en su gestión. Por entonces, Ruckauf ya habrá jurado como canciller, para dejar la gobernación dos años antes de lo previsto. El trámite legislativo está asegurado por la mayoría que el PJ tiene en las bancas y porque los bloques opositores acompañarán el traspaso.

Solá tiene decidido mantener en el cargo al ministro de Economía, Jorge Sarghini. En cambio, aceptará la renuncia de Raúl Otacehé en el Ministerio de Gobierno. Julián Domínguez, estrecho colaborador de Ruckauf, permanecería en Obras Públicas. Un espacio está reservado para Antonio Arcuri, actual ministro de Justicia.

Con tropa prestada y algunas designaciones propias, Solá deberá hacerse cargo en la emergencia de una administración casi quebrada. La provincia se tragó los 1.736 millones de pesos de las ventas de las empresas públicas de agua y energía eléctrica. Y en diciembre la recaudación cayó un 23 por ciento en relación al mismo período de 2000. Solá recibirá un hierro candente. La corrida de escena que utilizó Ruckauf lo expone como único responsable político hasta 2003.

El primer desafío del nuevo gobernador será reducir el Presupuesto provincial en 3.000 millones de pesos. La Legislatura acaba de aprobar la emisión de 300 millones de patacones (en total está habilitada la circulación de 900 millones) para hacer frente a los compromisos salariales con 470 mil empleados públicos y los proveedores del Estado provincial. El hasta ahora presidente del Senado evalúa las medidas de emergencia que recién anunciará mañana viernes.

"Estoy dispuesto a convocar a las fuerzas políticas con representación parlamentaria en la búsqueda de consensos mínimos para enfrentar la crisis", dijo Solá a Clarín.

—¿Está garantizado el pago de salarios a los estatales?

—Continuaremos con el esquema de pagos en patacones hasta que la provincia recupere su capacidad recaudatoria y la Nación pueda disponer de fondos para coparticiparnos impositivamente. Por el momento, no hay otra forma de cumplir con nuestros compromisos. El hasta ahora presidente del Senado evalúa las medidas de emergencia.

—¿Habrá nuevos recortes de gasto en la administración pública bonaerense?

—El saneamiento de las cuentas está provocado por una crisis económica y financiera sin precedentes en las últimas décadas de la Argentina. Quiero aclarar que no habrá despidos. El que trabaja puede estar tranquilo.

Una de las áreas donde el nuevo gobernador pasará el rastrillo es Educación: se prevé un rígido control en los regímenes de licencia de los docentes y Solá revisará la posibilidad de aplicar un plan de descentralización —con la participación de los consejos escolares y los municipios— para disminuir costos operativos en las escuelas bonaerenses.

Solá pasó por todos los estadíos de la militancia. Cuadro político de la Juventud Peronista en los agitados años setenta, soportó la arrasante presencia de la dictadura militar (1976-1983), estuvo en el Ministerio de Agricultura en la gestión bonaerense de Antonio Cafiero (1987-1991) y de allí saltó a la experiencia menemista de la década del noventa como secretario de Agricultura y Pesca.

Había expresado repetidas veces que quería ser gobernador en 2003. La oportunidad le llegó antes de tiempo, aunque parece que, por la profunda crisis en que está sumida la provincia, y el anticipado alejamiento de Carlos Ruckauf, no tiene muchos motivos para alegrarse.