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      Ahora, a ocuparse del aprendizaje

      Llegó la hora de ponernos a pelear por la calidad educativa, lograr que los alumnos aprendan, que tengan herramientas para entender, pensar y transformar el mundo.

      Ahora, a ocuparse del aprendizajeIlustración: Mariano Vior

      Acabamos de vivir un año de grandes complejidades, de escuelas cerradas, de contenidos transmitidos de modos complejos, de planes cambiados. Hoy estamos festejando la vuelta a la presencialidad, y no es para menos. Los chicos están felices y nosotros también cuando los vemos.

      Los padres han aparecido claramente como nuevos actores de la demanda social educativa, querían presencialidad, se agruparon y la exigieron. Evidentemente ha sido un cambio, reclamaron un lugar en la discusión educativa y lo obtuvieron. Ya no será simple limitar la discusión al Estado y a los sindicatos, solamente.

      El problema es cómo siguen estos grupos, ¿cuáles son las nuevas demandas? ¿Qué es lo que van a pedir? ¿Qué sería útil para el sistema y fundamentalmente para los alumnos?

      Al mismo tiempo, la demanda de los padres es distinta, piden lo que creen que sus hijos necesitan, no hay ideologías o grupos políticos atrás, defienden a sus hijos, y no aceptan respuestas especulativas. Los parámetros epidemiológicos se volvieron una explicación abstracta, detrás de lo que sus hijos necesitaban, querían presencialidad para ellos y eso demandaron.

      Sin duda, el esfuerzo realizado no puede ser en vano, no puede resultar solo una demanda por presencialidad, aunque ella es fundamental, sin duda. La agenda ahora, creo, pasa por recuperar el tiempo perdido, y encontrar caminos para empezar a avanzar, para superarnos, para lograr mejores aprendizajes de los alumnos.

      La próxima demanda debería ser por la permanencia en las escuelas y el mejoramiento de los aprendizajes. Llegó la hora de ponernos a pelear por la calidad educativa, lograr que los alumnos aprendan, que tengan herramientas para entender, pensar y transformar el mundo. Instalada la presencialidad, probablemente haya llegado la hora de esta nueva demanda: mejores aprendizajes, más hoy, en un sistema que no tiene muy claro dónde han quedado parados los alumnos.

      Y esa demanda es muy buena en la lógica de los padres, más que explicaciones piden resultados, quieren que sus hijos aprendan, no mucho más. Y su incorporación democratiza la discusión educativa.

      El sistema debe prepararse para estas presiones, nos demandarán aprendizajes, y entonces debemos acomodar nuestra cabeza a eso, a trabajar para que los alumnos aprendan más, y dejar de darnos explicaciones que expliquen la mejora que no se da.

      No importan los grados anteriores, el nivel socio-económico, los problemas de las familias, los chicos deben aprender en la escuela, más allá del peso de todos esos factores. No se trata de desconocer las dificultades, sino de trabajar para enfrentarlas. Las dificultades existen, no hay duda, pero el trabajo no es explicarlas sino superarlas. Venimos de muchas pérdidas, de un año sin escuela.

      Dejemos de lamentarnos, de buscar culpables y vamos para adelante, para tener una mejor sociedad, necesitamos alumnos que aprendan más. Se los tenemos que exigir, acompañarlos pero sin dejar de pedirles el esfuerzo por aprender mucho más.

      Si los padres inician están en la demanda, pueden producir un escenario de cambio. Sería bárbaro.

      Gustavo Iaies es Director de la Escuela de Gestión educativa de la Universidad Eseade


      Sobre la firma

      Gustavo Iaies
      Gustavo Iaies

      Experto en educación, docente y director de la Escuela de Gestión Educativa del instituto universitario ESEADE


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