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      Proponen acordar con gobernadores el presupuesto 2019

      Nuevos tiempos. El Gobierno ofrecería discutir un plan de consenso en materia económica y política hasta el final de este mandato. La ventaja del acuerdo con el FMI para los gobernadores. Recuerdos radicales y plan canje.

      Proponen acordar con gobernadores el presupuesto 2019Mauricio Macri se reunió con gobernadores para buscar un acuerdo. El encuentro tuvo lugar en la Casa Rosada y acompañaron al presidente los gobernadores Juan Schiaretti (Córdoba), Gustavo Bordet (Entre Ríos), Juan Manzur (Tucumán), Sergio Uñac (San Juan) y Domingo Peppo (Chaco). También estuvieron el jefe de Gabinete de Ministros, Marcos Peña, y el ministro del Interior, Rogelio Frigerio.

      Como era esperable después de los chispazos por la corrida al FMI, el Gobierno habilitó una nueva línea de negociación con el peronismo. Esta vía tiene un nuevo objeto: que los gobernadores discutan con el Gobierno nacional el nuevo presupuesto para 2019. Eso es lo que está detrás de la insistencia de los funcionarios en mencionar esa fecha. El recurso al Fondo, dijo antes que nadie Luis Caputo, asegura el financiamiento hasta el último día del (primer) mandato de Mauricio Macri. El presidente celebró, después de la primera ronda de charlas con mandatarios del jueves, que el Gobierno ofrece discutir un plan de consenso en materia económica y política hasta el final de este mandato. Este fue el resultado más solvente de las reuniones con siete mandatarios el jueves, y la propuesta fue, ante Macri y Marcos Peña, de Rogelio Frigerio. Éste venía de hablar con Miguel Pichetto, de quien escuchó sus argumentos a favor de las atribuciones del Ejecutivo para discutir un programa con el FMI sin la autorización del Congreso. Era una respuesta a las demandas del cristinismo de los Diputados. Para respaldar su posición, el CEO del peronismo federal juntó una biblioteca de monografías con letra de Jorge Vanossi, Alberto Dalla Vía y la distribuyó a su red de corresponsales. “Además - dice - en el actual presupuesto el Gobierno tiene autorización parta tomar deuda hasta US$ 97.000 millones. Tiene comprometidos unos US$30.000, si quiere subir esa deuda con el FMI tiene bastante resto”. Según este criterio, el Congreso analizará el acuerdo al que pueda llegar el Gobierno con FMI recién cuando se discuta el presupuesto 2019. ¿Qué mejor que llegue con la firma de los gobernadores?

      Peronistas se quejan de peronistas

      De esa charla se disparó la idea de un presupuesto coparticipado a cuatro manos y a cuatro ojos entre la Nación y las provincias. En ese cálculo de gastos y recursos para el año que viene, los mandatarios podrán discutir sus necesidades y cómo satisfacerlas, sin llegar a una votación. En la reunión del jueves Frigerio llegó a decir: hay que superar la etapa de que mandamos un proyecto, y les doy una ruta y dos puentes para que me lo voten. Esta idea de un wiki-presupuesto al que todos, como en los proyectos wiki, aporten su propia letra, lo toma el Gobierno como una prenda a cambio de otros aportes más constantes y sonantes de los gobernadores. La mayoría, entre ellos Juan Schiaretti, se quejó de la votación que hizo Diputados el miércoles, por el daño que les hace a sus administraciones, al meterlas en el debate de las tarifas. Alguno que tiene empresa estatal dijo que ya bastante tienen con los quebrantos actuales para que ahora le tiren más responsabilidades. Por delicadeza, los anfitriones de la cita presidencial en la casa Rosada no le preguntaron al gobernador de Córdoba si su mujer, la diputada Alejandra Vigo, le había dado alguna explicación por el voto a favor a esa norma que tanto le irrita.

      Intentan que el Senado cambie proyecto de tarifas

      De esa charla surgió otro curso negociador para que los gobernadores demuestren su rechazo al proyecto, moviendo a los senadores que les responden en torno a tres argumentos: 1) el costo fiscal. Según el cálculo de los autores del texto, está en alrededor de los $32.000 millones. El Gobierno llegó a hablar, antes de la aprobación, de un costo de $200.000 millones, que ha bajado porque se eliminó la afectación del IVA. Este fin de semana circulaba otra estimación del oficialismo que hablaba de unos $65.000 millones. 2) Molesta a los gobernadores el artículo 4° que dice que las empresas prestatarias de los servicios deberán devolver la diferencia cobrada en más, entre noviembre de 2017, fecha del congelamiento, y ahora. Es poner plata. 3) Los hiere más el hecho de que el Congreso se meta con las tarifas porque eso abre la posibilidad de que las legislaturas provinciales se tienten a hacer lo mismo. ¿Alcanzará este ánimo que mostraron los gobernadores a salir del estado gaseoso para concretarse en una modificación de lo que votaron los Diputados? El grupo que redactó el dictamen final (Kosiner, Bossio, Lavagna) dice haber trabajado en línea con Pichetto para que el Senado apruebe sin chistar el texto del jueves. Sin embargo, en el Ggobierno se dan alguna chance para que, como ocurriera en 2016 con la aprobación de la baja de Ganancias en Diputados, el Senado modifique todo por presión de los gobernadores.

      FMI: La mejor solución con el peor marketing

      Es difícil imaginar una situación que describa mejor la naturaleza profunda de la política como la vuelta del país a pedir el auxilio del FMI. Mezcla los dos ingredientes que reclaman las destrezas más refinadas del oficio: es la mejor solución con el peor marketing. El oficialismo, claro, se ata a lo primero: será la tasa más baja y con menos condicionamientos. El monto es a la carta y si de algo presume este gobierno es de saber hacer marketing. Deben haber analizado la medida frente al costo de (des)prestigio que le trae. La oposición se apoya en lo segundo: volver al Fondo es lo último que querría un político criollo. Esa marca está identificada con la demonizada deuda y con el fracaso de todos los gobiernos. Este gobierno entiende que ese costo es pagable, porque trae una solución que, además, enlaza a los críticos del momento. La rueda con los gobernadores no sólo amortiguó las críticas. También recompuso la mesa de negociaciones: si hay plata, habrá para todos. Y los primeros en la fila son los gobernadores del peronismo.

      Nosotros ya lo vivimos (los radicales)

      En esa indiferencia del Gobierno hacia el desprestigio de la marca hay también una identificación generacional y de clase. Para los Pro auténticos, el Fondo no es mala palabra. Para muchos de ellos es, además, cosa del pasado. Nicolás Dujovne era un joven emergente cuando el FMI hizo sus últimas incursiones por acá. No debe tenerle ninguna tirria, como tampoco el grupo “ojazos”, hombres curtidos en la relación amistosa con los multilaterales. Para los socios radicales es más difícil. En las reuniones de la semana, Macri mismo llegó a confesar: “Yo nunca lo vi al Fondo”. Los radicales con quienes habló –Alfredo Cornejo, Gerardo Morales, Angel Rozas, Luis Naidenhoff, Mario Negri- le respondieron: nosotros sí, vivimos el Megacanje, vivimos el Blindaje, hemos visto muchos gobiernos a los que el Fondo ayudó y les fue como la mona. Esta vez no será así -responde Olivos-, está Christine Lagarde, que es una amiga. Y la tratamos como amiga, la hemos llevado a las Cataratas...

      Mercado de Capitales, protagonista del plan canje

      La cautela no es gratuita. Las señales que aparecen son un reflujo de la ola de críticas que recibió el Gobierno desde el martes, fecha del anuncio del FMI. Frigerio había logrado ese mismo día, en una amplia ronda de telefonazos, que los gobernadores pusieran a sus diputados en sordina en el recinto del miércoles. A eso ayudó el plan canje que negoció el Gobierno con la oposición para las sesiones del día. Cambiemos les aseguraba que habría número para sesionar sobre tarifas, y que tampoco dejarían caer la sesión para que el proyecto mixto del peronismo tuviera sanción. El peronismo, a cambio, le dio el quórum para que se aprobase especialmente la ley de mercado de capitales. “Te la voy a votar en horario de mercado”, le aseguró Emilio Monzó a Macri, con quien ha vuelto a tener una confianza que parecía perdida después del portazo del diputado. ¿A qué tanto interés? A que esa ley figuró en la última semana en las minutas que acercaron al Gobierno los intermediarios de inversores, que explicaban las razones de la pérdida de confianza. Esa norma puede reactivar el mercado de acciones y alentar colocaciones locales para el financiamiento de empresas y del Estado. Era la prueba, además, de que el macrismo gobernante tiene fuerza como para desbaratar las restricciones anti-negocios que había impuesto el gobierno anterior. El arco Cambiemos+peronismo federal (justicialismo+massismo) logró juntar 158 votos.

      Los federales la dieron vuelta y arrastraron a los cristinistas

      Es importante este resultado, además, para el análisis en profundidad del escenario político. Minutos más tarde de la aprobación de esa ley, el peronismo federal+cristinismo+sueltos impuso el proyecto de tarifas por 133 a 94. Podría decirse que la oposición le puso, entre esas dos votaciones, el límite a lo que Cambiemos puede lograr de ahora en adelante. Son 20 votos que expresan el primer retrato de las fuerzas entregadas ya a su estrategia electoral. El oficialismo podría haber desbaratado esa ley levantando a sus diputados y dejando sin quórum la sesión. Pero sólo habría postergado una agonía, porque nunca podría dar vuelta esta mayoría de la oposición. Habría varias sesiones especiales más y una sobreexposición de la minoría del oficialismo. Si vamos a perder que sea rápido. Para modular ese proceso hay que analizar otra novedad: cuando se discutió Ganancias (2016) y reforma previsional (2017) el cristinismo arrastró a los federales. Esta vez, con Tarifas, los federales arrastraron al cristinismo. El proyecto que se votó fue elaborado por la mesa de Kosiner, Marco Lavagna, y Diego Bossio, y el kirchnerismo hizo la venia, apenas modificó detalle


      Sobre la firma

      Ignacio Zuleta
      Ignacio Zuleta

      Periodista y consultor político