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      El gobierno desafía a un verano caliente

      Sin remedio. La Nación convocó a la Ciudad para discutir la quita de fondos pero, en realidad, intentaría sacarle más fondos. Sergio Massa anticipó que abrirá diputados en enero para tratar la reforma judicial. El minué de los votos por la ley de la IVE.

      El gobierno desafía a un verano calienteBarbijos. Alberto Fernández se reunió en Olivos con Axel Kicillof y Horacio Rodríguez Larreta. Fue más una sesión de reproches mutuos que la búsqueda de soluciones para enfrentar la suba de casos de coronavirus.
      02/01/2021 12:01

      Sin parar, el gobierno no deja en paz a la oposición. Cita al gobierno de la CABA – su principal enemigo estratégico – a hablar de plata esta semana. Para quitársela, no para dársela. También desafía a discutir en el Congreso proyectos calientes, como la reforma judicial, para la tercera semana de enero. La prisa se explica: son peleas que le sirven al peronismo para afirmar liderazgos en los meses previos a la confección de las listas de candidatos. Lo demás es literatura. La reticencia de Horacio Rodríguez Larreta a sentarse con el gobierno a negociar el dinero para la policía marca el ritmo de verano. La cita a ese debate y el aviso de Sergio Massa de que reabrirá la Cámara de Diputados a fines de enero para tratar, entre otros temas, la reforma judicial, aseguran un verano caliente. El gobierno de la CABA metió en la Suprema Corte el pedido de inconstitucionalidad del proyecto que sancionó el Congreso, y que se convirtió en ley sin promulgación formal. Ocurrió en el día de los Inocentes, lunes 28, en la antesala de las batallas legislativas por el aborto y las jubilaciones. Los abogados de la Procuración de la CABA esperaron a esa fecha no solo para perfeccionar la changa. También porque esperaban que una mejoría en los datos de la peste pudiera inducir a Alberto a algún veto parcial, que abriera una nueva etapa de conversaciones con la Nación. No ocurrió, y el viernes Olivos redobló las agresiones. Primero, cuando recibió a Larreta, Alberto no le sacó ningún otro tema que no fuera la peste. Cuando estaban reunidos, le llegó a Larreta el mail de Wado de Pedro invitando a la Ciudad a reunirse con la Nación esta semana que comienza. Es para cumplir el mandato de esa ley aprobada por el Congreso, que ordena de discutir números bajo el paraguas del Consejo Federal de Impuestos (CFI). Este sábado, Larreta empezó el año nuevo-que esperó en Cariló - quitándole toda seriedad a la cita en donde el gobierno será anfitrión (Salón de los Escudos) y le deja a Larreta que ponga el día (6, 7 u 8). El CFI es un órgano conducido por una mesa de gobernadores, de mayoría peronista, que festejó públicamente la quita de fondos a la CABA. Es como ir a una reunión con el forense después que te ajusticiaron. El debate en la oposición a lo largo de la semana había girado alrededor de ir o no a esa cita. Dominó la idea de no convalidarla. Estos confrontaron con quienes aconsejaron concurrir para cumplir el mandato de la ley y cerrar el circuito administrativo del conflicto. La Suprema Corte suele mirar estos detalles. Con el llamado a la reunión por estos fondos y la cita de Massa a comisiones en Diputados a partir del 18 de enero, se configura la táctica del gobierno de avanzar con sus proyectos ante una oposición que también debe de ajustar liderazgos. En la agenda veraniega el protagonista puede ser la disputada reforma judicial, ya aprobada por el Senado con el rechazo opositor. Creen que la iniciativa sirve para dar una advertencia a la justicia hoy, en todo caso, paralizar algunos tribunales y, de paso, beneficiar a ex funcionarios del peronismo flojos de papeles.

      Ahora, la juventud en la mira

      En la charla del viernes entre Larreta, Alberto y Kicilloff, la tensión la puso el temor que expresó Alberto por la inminencia de una nueva ola u onda -nadie termina de explicar la diferencia - de contagios de la peste. Atribuyó todo a las aglomeraciones de jóvenes que, desenfrenados, se entregan a fiestas legales y clandestinas de fin de año. Es la primera Navidad con esta peste, descubrieron en Olivos, y los jóvenes son quienes más transmiten el contagio en las aglomeraciones. Le regaló a Larreta el reproche, por haber inaugurado el ciclo de grandes algaradas con la convocatoria al velorio y entierro de Maradona. Que siguió con otras ordalías, como las plazas verde y celeste durante el tratamiento de la despenalización del aborto. En Diputados, la organización corrió a cargo de Sergio Massa y en el Senado de Cristina de Kirchner. ¿Y ahora se quejan de los jóvenes? Y más ustedes, que lanzaron el debate porque quieren halagar al público de jóvenes, que apoya masivamente la despenalización, y de paso para halagar al público porteño, en donde esa consigna tiene mucha más aceptación que en el Interior. La reunión no pasó de la queja mutua. Una foto en sepia de un momento que ya fue, el de la convivencia al amparo de la peste, cuando se traficaban filminas. Larreta le mostró los números de ese día, con 22% de las camas ocupadas con enfermos graves de coronavirus.

      La oposición le regaló un triunfo al gobierno

      El resultado de la sesión en el Senado mostró un juego de espejos: ganó un proyecto del gobierno que fue defendido por el jefe del bloque opositor (Luis Naidenhoff) y rechazado por el titular de la bancada oficialista (José Mayans). El oficialismo demolió el frente "celeste", que en su mejor momento de la previa a la sesión empataba en cantidad de votos. Tuvo gerentes para confirmar los 38 votos que lograron los verdes, que actuaron con perspectiva política, por encima de las disidencias celestes que hay en el peronismo. Es obra de Anabel Fernández Sagasti, Oscar Parrilli y, de afuera, de Vilma Ibarra. Lograron desmovilizar a varios celestes, y la presunción de una derrota mermó a este sector. ¿Quién quería jugar a perdedor en una batalla en donde los oportunismos importaban más que las convicciones? Del lado celeste, nadie sindicó los votos con interés político. Revela que la oposición bajó un escalón y perdió la perspectiva política. Lo que se discutía no era un conteo de convicciones a favor o en contra de las despenalización, sino si el oficialismo y Alberto podían tener un triunfo en esta batalla, cuya convocatoria él se atribuyó, en un gesto de apropiación de un proceso que había mostrado un resultado previsible después de 2018. Bastaba con mirar el VAR de aquella votación en el Congreso, para predecir un resultado.

      Alberto legisla a través del veto

      Ahora le toca a Alberto cumplir con las promesas de veto que le hizo a Alberto Weretilneck. El senador por Río Negro pidió retoques, para sacar la palabra "integral" y alguna protección a los médicos objetores. Los quería en el recinto, pero eso obligaría a que el proyecto volviese a Diputados. En la mañana del día de la sesión, el presidente volvió a hablar con el senador y le prometió esos vetos. Lo pidió por escrito, y la vocera del acuerdo fue la senadora peronista Norma Durango, que dijo: "dadas las inquietudes que ha generado esa actualización propuesta en la redacción del inciso 2) del artículo 86, así como la correspondiente redacción del inciso b) del artículo 4° del proyecto, hemos promovido, en consulta con el Poder Ejecutivo Nacional, que al momento de la promulgación se observe, parcialmente, el proyecto de ley –en caso de ser sancionado–, a fin de dar claridad al objetivo de la propuesta: mantener las causales de la ILE vigente desde 1921 para que sigan como hasta hoy, y para ello vetar parcialmente la palabra “integral” en el inciso 2) del artículo 86 y en el inciso b) del artículo 4°. Este es un compromiso que asumimos". Insólita muestra de independencia del poder legislativo, de la que se va a ocupar la justicia cuando lleguen los reproches celestes por esta ley.

      Venganzas a la vista

      El peronismo privilegió, hacia adentro, la unidad que les permitió volver al gobierno en 2019 y que figura como proyecto de manera infaltable en todos los discursos oficiales. Los ajustes de cuentas quedan para otro momento. Afloraron algunas puntas en el debate, que anuncian retaliaciones pendientes. El senador por Catamarca Dalmacio Mera se encendió para argumentar el voto en contra y descalificó el acuerdo para el veto prometido a Weretilnek. " Los que hicieron este mal proyecto - ironizó - son los que lo van a corregir". Nancy González, que habló inmediatamente después, lo atendió mal: "Ninguno de nosotros nos podemos hacer los distraídos. Este proyecto de ley lo estamos tratando hoy porque fue una promesa de campaña de nuestro gobierno". Mera termina su mandato el diciembre próximo e intentará reelegir, pero quedó anotado como un disidente.

      El aparato le ganó a la calle

      La conducción de Juntos por el Cambio, o la dupla Macri-Larreta hubieran podido desmontar ese triunfo con ordenar a los jefes de bloque Naidenhoff y Schiavoni, y a los senadores de la CABA Lousteau y Tagliaferri que restasen quórum y votos. Pero en estas condiciones, era obvio que ganaría la consigna "verde", que tenía liderazgo político frente a la "celeste", que no lo tuvo. Lo ilustra el escenario dentro del palacio en la madrugada del jueves, cuando se votó la ley. Cristina, que conduce el Senado, habilitó un coqueto salón Azul, el más encumbrado del palacio (allí velaron a Juan Perón, por ejemplo) con un servicio de catering, propio de una boda, saladitos, bebidas, mesa de dulces, etc., para entretener durante la espera, a los senadores de oficialismo que cantaban "verde" y a los invitados del poder Ejecutivo y de Diputados que se iban sumando, ministros, etc. Un lujo digno de una bancada ganadora. A la misma hora, una patrulla perdida de "celestes" buscaba un palenque donde rascarse en un día de calor insoportable, con el aire condicionado cortado. Lo buscaron a Mayans, jefe de la tribu celeste. Estoy en Formosa, disculpen, en todo caso pidan la llave de mi despacho y aguantan allí, se toman algo, mandó a decir. No se equivoca quien diga que en este episodio: 1) El aparato le ganó por nueve votos a la calle; 2) la oposición perdió la perspectiva política. La coronación de ese desliz es la aparición en el Senado, a la hora de los festejos, de diputadas opositoras como Brenda Austin, Karina Banfi y Silvia Lospennato, para celebrar el triunfo que se atribuye Alberto, que en realidad se montó en un movimiento preexistente.

      Sin caja, es difícil alinear a la tropa

      Todo en política, su racionalidad, también la tiene este minué. A Juntos por el Cambio le costó ya en 2018 armar una estrategia común para el aborto, y dio libertad de acción a sus legisladores. Macri mandó el proyecto por razones de supervivencia política, el mismo propósito que movió a Albergo. Ni verdes ni celestes de Cambiemos cedieron posiciones en 2018 y en 2020. Tampoco existe en la oposición una caja que ordene conductas, como ocurre en el peronismo, en donde se privilegió la obtención de una victoria política. Eso explica el desgranamiento del voto que pudo ser celeste entre giros, ausencias y abstenciones. El voto verde de los radicales en el Senado, en cambio, sumó más adeptos que en 2018 aunque alimentase una victoria del gobierno. La experiencia de 2018 para esa fuerza fue traumática porque el proyecto impulsado por Macri dividió al interbloque de diputados, que pasó varios meses después de la sesión de junio de aquel año sin poder reunirse. Esa dificultad de unificar voluntades queda superada ahora con la aprobación del proyecto. Hay quienes en la oposición celebran el alivio que implica haber sacado ya del Congreso el tema. Creen que eso mejorará las relaciones internas. La dificultad de darle una estrategia unificada se explica por la naturaleza misma de la coalición que es una cooperativa horizontal sin jefes que busca, además, preservar ese formato para permanecer unida sin discutir liderazgos. Ante proyectos que apelan a las convicciones, esa horizontalidad se fortaleció. En otros asuntos más pedestres, como los que discuten fondos, el alineamiento es más fácil. En el debate de fórmula de actualización previsional, el interbloque de Diputados actuó ordenadamente para expresar el rechazo, que alcanzó los 119 votos y en el comienzo de la sesión pudo comprometer el quórum. El peronismo inició el debate con los 129 votos justos y en la aprobación del proyecto sumó apenas tres más, 132 en total. Es un mérito de Maro Negri, pero lo facilitó que es un tema que no toca convicciones.

      El derrumbe de la casa celeste

      El derrumbe de la casa celeste fue imparable. Adolfo Rodríguez Saá dio una señal de que se bajaba, al no aparecer en la lista de oradores. Una gestión ante Liliana Negre de Alonso mantuvo unos minutos las ilusiones, pero el senador nunca apareció. Los riojanos tampoco. Menem, internado e incapaz de conectarse; la comprovinciana María Clara Vega sesionaba desde Aminga y se disculpó explicando que no se podía comunicar. El celeste Alperovich sigue licenciado, Guillermo Snopek se abstuvo - compite por la gobernación de Jujuy y eso le resta libertad de acción; Larreta no desactivó a Lousteau y a Tagliaferri, y el “Oso" Leavy cambió de color. Si le suman a Weretilneck y a Lucila Crexell, ya estaban en los 39 para un empate que no ocurrió, porque el sector no tuvo liderazgo político para enfrentar la consigna que le regaló una fiesta al gobierno. Algún letradillo recordó la lección de la copla sobre la fatalidad, que dice: “Vinieron los sarracenos, /y nos molieron a palos;/Que Dios ayuda a los malos, /Cuando son más que los buenos”. Parrilli explicó, en una frase de diván, la naturaleza del debate: "nadie se va a ganar el cielo ni el infierno por votar de una u otra manera; ni aquí los que votemos de una u otra forma somos más o menos católicos, más o menos cristianos, o somos más buenos o menos buenos, o queremos más la vida o menos la vida". ¿Qué dirá Cristina de él esta vez, ella que alardea de nunca dejar las convicciones en el zaguán?

      Una aclaración

      La senadora Silvia Giaccopo aclaró que ejerce la repreentación de su partido, la Unión Cívica Radical, en el Consejo de la Magistratura. Este columnista consignó, por error, que ese partido no tenía una silla en ese organismo. Lo que perdió ese partido es la representación por el bloque de Diputados nacionales al salir Mario Negri.


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      Sobre la firma

      Ignacio Zuleta
      Ignacio Zuleta

      Periodista y consultor político


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