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      Nueva cumbre del PRO, el reto interno de Miguel Angel Pichetto y Jorge Capitanich no lo quiere a Sergio Massa

      Este lunes se juntan Macri, Larreta, Bullrich y Vidal. También hay ruidos en la interna oficialista.

      Nueva cumbre del PRO, el reto interno de Miguel Angel Pichetto y Jorge Capitanich no lo quiere a Sergio MassaBullrich, Santilli, Angelini, Larreta, Macri, De Andreis, Ritondo y Vidal, juntos en la última reunión de referentes del PRO.

      Cómo arriesgar una elección que venía ganada


      Juntos por el Cambio arrancó esta campaña electoral con la ventaja de que la opinión pública y la opinión publicada -medios, encuestas- lo declaró ganador de las elecciones de octubre. No le costaba mucho frente a un peronismo que ya en 2021 fue rechazado por el voto. Pero como le ocurre a una fuerza en esa posición, el trabajo ahora de la campaña es para no perderlas. Describió esta estrategia el legendario Julio Feo, asesor clave de Felipe González en la primera elección que llevó al socialismo al poder en 1982 después de medio siglo.

      "La experiencia electoral de otros países indicaba que el candidato favorito se iba desgastando con la exposición en la campaña. Al segundón le suele ir bien salir a dar mítines, porque puede remontar en ellos su intención de voto, pero quien parte con ventaja debe cuidar mucho su imagen para no perder votantes en el camino”, dice Sergio del Molino en su libro "Un tal González", un manual de lo que se puede y debe, y de lo que no, en política.

      La situación no tiene misterios: el optimismo ante el triunfo sobre un peronismo cuyo único recurso dialéctico es explicar por qué no le salen las cosas, arrastra la ambición de los dirigentes a una pelea apresurada por ocupar los altos cargos del nuevo gobierno. En este tipo de refriegas, un partido que en los papeles ya ganó, puede perder, o poner en riesgo sus posibilidades.


      La agenda de Cambiemos cambió de manos

      La coalición asume la necesidad de hacer una campaña que les asegure el triunfo que presumen, y que no permita la fuga de votos, que las encuestas señalan, hacia Javier Milei. Esta opción resiente la fuerza del PRO en el interior, que se construyó sobre la base de partidos conservadores que antes encontraban cauce en la UCeDé. El ingenio de Milei fue capturar la agenda de Juntos por el Cambio -apertura de la economía, desregulación, achicamiento del déficit, baja de impuestos- con un énfasis cercano a la demagogia.

      Esa agenda es la que, en las elecciones presidenciales de 2019, le valió a Cambiemos el triunfo en los grandes distritos: en 5 de los más poblados ganó la fórmula Macri-Pichetto, aun perdiendo las elecciones. Es, además, la agenda de las organizaciones empresarias, el establishment que auspicia a la grey de animadores audiovisuales que exaltan la opción de Milei.

      Tampoco es una rareza que esta opción descanse sobre la desconfianza en la dirigencia -aquí y en el resto del mundo- que demuele a los partidos. El ataque a la "casta" no es una originalidad alguna. Expresa la desconfianza hacia los dirigentes que alimenta la abstención al voto desde 1983, y que fue récord en las elecciones de 2021.

      El peronismo festeja el escenario. Milei es un episodio de una larga historia y puede serviles de palanca para demoler a Juntos por el Cambio. En la fantasía de un balotaje, el peronismo empujaría en favor de Milei porque el objetivo del oficialismo es demoler a esa fuerza que es Cambiemos, que retiene un 40/42% de los votos y domina en los grandes distritos. Y que no es un episodio. Lleva 20 años de crecimiento representa de manera eficaz a los sectores medios de la Argentina.


      Segundas líneas negocian mejor que sus jefes

      En la tarde de este lunes habrá una reunión de los jefes del PRO para asumir la necesidad de mitigar las peleas en la cúpula. Es una reunión tan importante que 1) la convocó Horacio Rodríguez Larreta; 2) forzó un regreso apresurado de Mauricio Macri de Miami, para estar presente.

      Es una cumbre inorgánica de la que participan los candidatos Larreta y Bullrich, además de referentes sin candidatura, como el propio Macri y María Eugenia Vidal. Tienen el compromiso de anudar las iniciativas que les acerca una mesa de referentes de segunda línea, que opera en las sombras y a la que se le ha confiado la responsabilidad de unificar las posiciones y pacificar las peleas.

      Si los jefes no se ponen de acuerdo, trabajemos desde abajo para acercarlos, ofreciendo oportunidades de encuentro. Esa mesa sesiona desde la semana anterior y ya tuvo su primera reunión el miércoles pasado, en el nuevo búnker del PRO, que es la casa de Jorge Triaca. Integran el grupo dos delegados de cada cacique:

      - El dueño de casa y Fernando de Andreis representan a Macri; Diego Santilli y Federico Di Benedetto a Larreta; Federico Angelini y Juan Pablo Arenaza a Bullrich; y Alex Campbell y Federico Salvai a Vidal. Debió estar por este sector Cristian Ritondo, que se disculpó por un compromiso familiar -cumpleaños de un hijo (como el príncipe Harry que por eso mismo se fue antes de la coronación)-.


      El PRO pone en riesgo la coalición

      Macri está convencido de que Bullrich es mejor candidata que Horacio Rodríguez y que éste debería ya negociar el rol de jefe de gabinete de un eventual gobierno. Difícil que alguien que ha construido poder desde las urnas admita un destino a tiro de decreto y que acate decisiones tomadas sobre la fragilidad insoportable de las encuestas.

      Macri quiere seguir controlando al PRO, y si pudiera a la coalición, que tiene las mejores chances de ganar en cinco de los siete distrito más grandes del país, los que más votos aportan. No es poco. Su descrédito en el conjunto del electorado hizo inviable una candidatura. Pero para ejercer el poder sin tener el bastón de mando, hay que tener una confianza en la política que Macri no tiene.

      Ese impulso pone en crisis a toda la coalición porque dinamita los pilares que son la alianza con la UCR y a Coalición de Elisa Carrió. Ese acuerdo le permitió ganar los balotajes para ser dos veces jefe de Gobierno porteño y ser presidente en 2015. Macri denuncia el contrato cuando ve que el radicalismo quiere prolongarlo para poner al nuevo jefe de Gobierno de la CABA, después de cogobernar durante los dos mandatos de Larreta.


      La fórmula de neutralidades mutuas

      El ariete que emplea es Patricia Bullrich, a quien erige como alternativa contra la candidatura de Larreta. Si la acción de Macri es disolvente para el PRO y la coalición, la de Bullrich no es menor. Juega a todo o nada, no tiene partido, ni constituency a la que le deba una explicación si le va bien o mal. Es difícil que eso ayude a una fuerza que debe repartir las responsabilidades entre figuras como la de ella o Vidal, ancladas en la notoriedad en los medios, con dirigentes que administran distritos y que tiene detrás partidos y distritos a los que les deben explicaciones si les va bien o mal.

      El debate conduce a una fórmula de neutralidad mutua. Que Larreta baje a Quirós de la candidatura a jefe de Gobierno y lo deje sólo a Jorge Macri como postulante del PRO y que sea ecuánime en la puja con Lousteau. Esa estrategia debe tener como contrapartida que Bullrich sea ecuánime en la puja en Buenos Aires entre su candidato a gobernador, Ritondo, y Santilli, que le responde a Horacio. Si no se logra negociando, el tiempo impondrá una fórmula como necesidad para no perder una elección ganada.


      Salgan al sol, economistas

      La mesa del PRO debe responder a los efectos que tuvo un duro comentario de Pichetto la semana anterior, en la reunión con economistas de Cambiemos. El candidato de Encuentro Republicano criticó a los economistas por ser los voceros del pesimismo. Hay que ganar las elecciones, dijo, y eso no se logra prometiendo un futuro negro. Tienen que dejar de ir a la televisión prometiendo ajuste y que no hay futuro.

      ¿Cómo vamos a hablar de reforma previsional, cuando este gobierno ya les quitó a los jubilados la movilidad y perdieron el 25% del ingreso? Los jubilados son votos nuestros, ¿les vamos de a decir que les vamos a recortar más? ¿Cómo hablan de acuerdo de precios y salarios, que es lo mismo que dice este gobierno?

      Me hacen acordar a Gelbard. La economía la va a arreglar la política y eso se hace ganando las elecciones, dijo, palabras más palabras menos. Para eso hay que hablar de desarrollo, de crecimiento, no de futuro negro. Pichetto es crítico de la decisión de Macri de bajar su candidatura.

      Cuando Vidal describió a JxC como un grupo de líderes, Pichetto respondió que debía haber un solo líder y programa, y que hay que definir un candidato lo antes posible y darle autoridad. No existe -agregó- eso de que haya alguien de presidente y otro atrás que mande. Es lo que le pasa a Alberto Fernández. Y no es cierto, bromeó, que al que no tiene poder no le sirven ni el café. Sí, te lo sirven, pero te lo sirven frío. Como Billy Bond -aquel de la Pesada del Rock and Roll, que vuelve al Luna Park- Pichetto les cantó el “Salgan al sol”.


      Massa niega candidatura..., pero es Sergio

      El peronismo no las tiene mejor. Sergio Massa volvió a negar este fin de semana que quiera ser candidato a presidente. "Pero ya sabés cómo es Sergio", se previene quien lo cuenta. Tiene en contra a un entorno que le recuerda que es cuotapartista de este gobierno. No sólo de los errores del oficialismo, sino que además tiene ministros y legisladores a quienes tiene que ponerles un techito de protección. No puede dejarlos en banda.

      Jorge Capitanich distribuye ideas que advierten que sólo Cristina podría ser la candidata única del peronismo. Se bajó antes que todos de una competencia entre partidos sin liderazgos netos que les permitan encabezar fórmulas con expectativa de éxito. Queda ella sola y con mando sobre un sector del oficialismo. No le alcanza para arrastrar al resto, pero desde 2021 ninguno de los gobernadores del otro peronismo construyó una candidatura presidencial, salvo Schiaretti, que no juega con el peronismo del AMBA. Capitanich cree que Massa no puede ser candidato único y que si hay PASO no puede jugar ningún representante del oficialismo de Olivos, que arrastra un gran déficit de gestión.


      Pronto despacho para San Juan y Tucumán

      El proceso del oficialismo tiene otras afectaciones, como las que proyectan sombras sobre las elecciones de la semana que viene en Tucumán y San Juan. Los candidatos Juan Manzur (a vicegobernador) y Sergio Uñac (a gobernador) están objetados por sus opositores, y se espera una decisión de la Suprema Corte, en donde están los recursos. El tribunal se toma su tiempo y se desentiende de la prisa que impone el hecho de que falta una semana para las urnas.

      "Nuestro plazo no es el día de las elecciones. Nuestro plazo es la fecha de asunción", se escucha en el cuarto piso, de donde estará ausente esta semana Ricardo Lorenzetti. Son casos complejos. En el caso de Tucumán hay una zona gris que le facilita las cosas a Manzur. En el caso de San Juan la Constitución le permite discutir, como en Salta, tres mandatos.

      El trabajo de la Corte es conciliar estos casos con la jurisprudencia que manifestó el tribunal en Santiago del Estero (2013), La Rioja y Río Negro (2019). En esos casos, frenó el nuevo mandato a Gerardo Zamora, Sergio Casas y Alberto Weretilneck, respectivamente. Miguel Pichetto estuvo el jueves en San Juan, recordó estos casos y advirtió sobre la semejanza con el intento de Uñac de un nuevo mandato que, si se le suma una vice gobernación anterior, estaría ya ante un cuarto período.

      "Espero que la Corte -dijo- aplique su doctrina a este caso". Pichetto apoya al candidato opositor al peronismo, Marcelo Orrego. El exdiputado Ricardo Gil Lavedra, que patrocina la impugnación que hace Orrego, presentará ante la Corte en las próximas horas un pedido de pronto despacho de la causa, para que, si prospera, haya elecciones el domingo próximo con otro candidato del peronismo. Si se demora y hay elecciones será más difícil aplicar un fallo en contra, porque la defensa podría argumentar que ya se habrá manifestado la voluntad popular.


      Separar estrategias nacionales de las locales

      La otra misión de la mesa de JxC que sesiona este lunes es atornillar una estrategia que separe los procesos provinciales (en donde el PRO juega según impulsos locales) de la estrategia nacional. La idea es encapsular la campaña nacional y separarla de las elecciones adelantadas en las provincias.

      Omar de Marchi en Mendoza se divorcia de los radicales de Alfredo Cornejo, y clava una candidatura a gobernador con un frente integrado por partidos como el que sostiene la candidatura nacional de Carrió, y el que propone a Javier Milei. La tarea es mostrar al público que esas decisiones locales no afectan el curso de la candidaturas nacionales.

      La pelea de Cornejo con De Marchi nació cuando éste era el jefe territorial de Larreta, y Cornejo ha mantenido su apoyo a Bullrich. En Córdoba, Javier Pretto, presidente renunciante del PRO de la provincia, en donde Macri tuvo los mejores resultados, se va con el partido de Schiaretti, pero afirma que en el orden nacional apoyará a Larreta presidente.


      Capturas de Schiaretti, más señal que votos

      El caso de Córdoba es resbaladizo porque es pública la reticencia de Macri a sostener la candidatura a gobernador de Luis Juez, que llevará de vice a Marcos Carasso, presidente de la UCR Córdoba, y que responde a la línea de Mario Negri. El pase de Pretto al schiarettismo parece expresar el acuerdo objetivo que siempre tuvo Macri con Schiaretti, pero constan otros elementos. Uno es que Pretto se queja del "ninguneo" del PRO nacional frente a todas sus iniciativas. Otra, es que la oferta de Schiaretti al PRO de Córdoba no es nueva.

      Cuando los dirigentes cordobeses lo consultaron con Macri, éste la rechazó. Larreta se consuela con que Pretto ha dicho que apoyará su candidatura, y que el nuevo presidente del PRO de esa provincia, Oscar Agost Carreño, responde a su proyecto. La movida de Schiaretti es una señal que va más alla de Córdoba. Es un símbolo de la elasticidad que le quiere dar a un frente para su candidatura presidencial. Pesan menos los votos que puedan perder radicales y el PRO de Córdoba que esta señal.


      Macristas de rostro humano soplan velitas

      La mesa de JxC debe formalizar el ingreso de José Luis Espert como candidato a unas PASO de Juntos por el Cambio. En 20 días vence la inscripción de alianzas y para ese momento debe estar resuelto a qué será candidato. Bullrich no lo quiere como presidenciable. Admite que lo sea a senador por Buenos Aires. Entiende que ella es la encargada de retener el voto que presume puede fugarse hacia Milei y que Espert, que representa una opción liberal, puede quitarle apoyos.

      Bullrich estuvo el jueves en Mar de Plata junto a Ricardo López Murphy y Hernan Lombardi en actos callejeros y de cúpula, con empresarios y con dirigentes de la 5ª. sección electoral. Tuvieron oportunidad de brindar un retablo del macrismo de rostro humano: a medianoche aparecieron en el restorán Las Nubes, del complejo Manantiales, con una torta con velitas para agasajarlo a Lombardi por su cumpleaños. Ese tipo de gestos son los que aconseja la mesa de las segundas líneas, para mostrarles a sus votantes que todos tiran para el mismo lado.


      Sobre la firma

      Ignacio Zuleta
      Ignacio Zuleta

      Periodista y consultor político

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