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      Macri, víctima del Círculo Rojo

      El ex presidente revela se cansó de escuchar frases de apoyo de los empresarios, pero cuando les pedía que hicieran públicas esas adhesiones, nadie lo hacía.

      Macri, víctima del Círculo RojoMauricio Macri no obtuvo los apoyos que necesitaba para ser candidato. Foto: MARCELO CARROLL

      Cuando Mauricio Macri se aviene a explicar en confianza las razones para bajarse de cualquier candidatura, revela que en las reuniones que mantuvo con "el círculo rojo”, se cansó de escuchar frases de apoyo. Pero cuando les pedía que hicieran públicas esas adhesiones, nadie lo hacía. Eso lo llevó a resolver su salida de la pelea electoral.

      Queda por explicar el trasfondo de este diagnóstico, porque desde que hace política, Macri ha ido aumentando, de elección en elección, en cantidad de votos. Lo mortifica que ahora esos mismos empresarios hagan fila en su oficina para reprocharle la decisión y para confesarle su desamparo.

      La decisión parece racional si se mira esa decepción junto a las marcas desprestigio en vecindades populosas como el conurbano. Acaso haya entendido Macri que el candidato del establishment es Javier Milei.

      No porque crea que vaya a ganar las elecciones, pero defiende sin prejuicios la teología de mercado que Mauricio y los empresarios han respaldado históricamente. Está en el manual de los prejuicios políticos creer que las buenas ideas producen buenos resultados. También que el apoyo de las élites arrastra a las masas y decide elecciones. Si todo fuera tan fácil.

      Pichetto muestra su programa

      La semana pascual fue un maratón de confesiones y balances. El lunes Macri estuvo con Miguel Pichetto, su excandidato a vice, y quien más lo presionó para que postulara por un nuevo mandato. Pudo llevarse un ejemplar del libro que Pichetto ha escrito junto a José Roberto Dromi, exministro reformador de Carlos Menem y que nunca ha orbitado cerca de Cambiemos.

      Pichetto goza de estos actos disruptivos frente a la corrección política, por ejemplo, lanzarse de campaña con el libro escrito secretamente con Dromi. La obra "Identidad de la República" es una plataforma política que repasa temas de constitucionalismo de fondo, pero también de coyuntura.

      Como plataforma es lo más serio que han aportado los candidatos en este turno. Repasa la idea de que la Constitución es ya un programa de gobierno - tópico que se ocupa de difundir Horacio Rosatti desde que asumió la presidencia de la Corte-.

      El libro condena el excesivo poder discrecional de los gobiernos adictos a administrar con regímenes de emergencia. También reprueba el autoritarismo judicial que pretende gobernar desde el poder judicial, y el desborde que significa la expansión inconstitucional de la justicia penal, que conduce a una judicialización de la política.

      Pichetto en la misma semana se reunió con Horacio Rodríguez Larreta y con Patricia Bullrich, y les llevó el mismo mensaje que le dejó a Macri: sigo siendo candidato a una PASO presidencial y éste es mi programa.

      Macri se juega en la provincia de Vaca Muerta

      Macri terminó la semana en concilios con otros entornistas cercanos como Hernán Lombardi y José Torello en las lejanías de Cumelén. Aprovechó el viaje para alguna sesión de mentoring ante candidatos del PRO en las elecciones de Neuquén del próximo fin de semana.

      Si ganan atados al emepeista disidente "Rolo" Figueroa, el PRO y Macri - que forzó al apoyo a este candidato contra la oposición de sus aliados de Cambiemos - podrán facturar un triunfo en el distrito mágico de Vaca Muerta.

      Figueroa desafía al MPN que ha gobernado Neuquén desde sus orígenes como distrito autónomo. Compartió con ellos delicias locales de patisserie (macarons, etc.) y consejos de buen gobierno. Los voy a apoyar, les dijo a los candidatos a intendentes y legisladores de varias ciudades, pero también voy a controlar que en el futuro cumplan con el programa con el que se han comprometido.

      Neuquén es uno de los distritos en donde Cambiemos no ha logrado mantener la unidad. Ha sido otra prueba del frágil liderazgo de los caciques de esa coalición, radicales, macristas, lilitos, que no han podido contener bajo una misma sigla a sus candidatos.

      Gansos vs. Pericotes

      Esa debilidad del liderazgo se proyecta sobre otros distritos que no han tenido pausa por las Pascuas. Este lunes desembarca en Mendoza el interventor designado por la mesa nacional del PRO para disciplinar la disidencia de Omar de Marchi.

      Es Humberto Schiavoni, alto comisario de su partido. Fue presidente del PRO y quien nominó, con Macri, a la sucesora Patricia Bullrich. Schiavoni va con la misión de inscribir al PRO de Mendoza en el frente con los radicales de Alfredo Cornejo.

      De Marchi expresa a un sector conservador de la alianza que gobierna Mendoza, y que se declara crítico de la gestión del radicalismo. Cree que puede ganarle a Alfredo Cornejo una gobernación que éste cree asegurada.

      Si no logra, podrá quitarle número en la legislatura local para achicar el margen de maniobra de un eventual gobierno de Cornejo. De Marchi expresa los viejos enfrentamientos entre los conservadores y los radicales de Mendoza.

      No por nada el símbolo del Partido Demócrata es el ganso. Asumieron el mote de gansos - por cogotudos y altaneros - como un elogio, y lo dieron vuelta contra los radicales, a quienes identifican con los pericotes - a quienes ven como depredadores. Esa dialéctica ha quedado reflejada en emblemas como el que muestra a un ganso mordiendo la cola a un pericote.

      Más enredos judiciales

      Schiavoni fue uno de los gestores del acercamiento de De Marchi al radicalismo para el formato original de Cambiemos; por eso le han encargado el divorcio. Va en son de paz, al punto de que prevé almorzar este lunes a solas con el intervenido De Marchi.

      Schiavoni llega con ejemplares de un libro que acaba de publicar ("La Argentina pendiente: Apuntes para el desarrollo"), que lleva un prólogo de Alfredo Cornejo cargado de elogios - otra provocación mendocina en libros de campaña, como la de Pichetto-Dromi.

      De Marchi anunció que apelará la intervención. Si lo hace ante María Servini, jueza electoral de la Capital - sede del partido que tomó la decisión -, tendrá en cuenta que la magistrada ya le volteó antes una intervención a Bullrich: en el PRO de La Rioja. Si lo hace en Mendoza, estará en manos del juez local Walter Bento. Este camino vaticina más enredos.

      Bento es objeto de pesquisa y acusaciones en el Consejo de la Magistratura. La oposición lo tiene en las puertas de la suspensión, y lo último que querría es hacerle un favor a los radicales.

      Se mueven peronistas no K

      De Marchi tiene previsto anotar este martes un frente con varios partidos, entre ellos la Coalición Cívica, a quien también se la intervino desde la mesa nacional para facilitar esta adhesión a De Marchi.

      La CC tiene en ese distrito a Gustavo Gutiérrez, uno de los políticos más cercanos a Elisa Carrió - fue su candidato a vicepresidente en 2003. De ese frente van a formar parte un arco de adversarios de Cornejo y del radicalismo.

      Entre ellos se identifican a peronistas no K como el exgobernador Arturo Lafalla y el exdiputado Carlos Abihaggle, que fue además el embajador en Chile de la presidencia de Néstor Kirchner. Obviamente tiene el acompañamiento de dirigentes demócratas que dejaron la alianza con los radicales hace rato. Entre ellos está Carlos Balter, presidente del Partido Demócrata en el orden nacional, que ha manifestado su apoyo a la postulación de Javier Milei.

      Bandera blanca del cristinismo

      La declinación del poder de Cristina en el Senado estalló con la sesión en minoría que protagonizó el oficialismo de la cámara por falta de número. Para esta semana aportan más: levantan bandera blanca.

      El bloque del Frente de Todos - que es primera minoría, pero está por debajo de la línea del quórum propio - pidió que haya una reunión de Labor Parlamentaria previa a la sesión convocada por oposición y oficialismo para este jueves 13.

      Este detalle burocrático indica el nivel de la capitulación ante una oposición que ya reúne 38 bancas -33 de Cambiemos y aliados, y 5 del peronismo disidente de Guillermo Snopek-.

      Hasta ahora nunca el peronismo había admitido sentar a Cristina a debatir con los senadores para discutir el orden del día de las sesiones. Las sesiones del turno cristinista han sido convocadas como "especiales", es decir para tratar temas que imponía el oficialismo.

      Los adversarios del Frente de Todos han pedido la sesión para el jueves 13 de abril. Es el mismo día para cuando el PJ de la CABA ha convocado a una marcha ante tribunales en favor de Cristina.

      A falta de efemérides más pomposas, festejarán los 7 años de una citación a declarar que le hizo el fallecido juez Carlos Bonadío. Cristina, como autoridad del Senado, está obligada a conceder el pedido de sesión.

      Pero no está obligada a hacerlo para el día y hora que pide la oposición. Si admite que la sesión sea el 13, se habrá conocido el respeto y consideración que le tiene a la convocatoria del PJ porteño.

      Lo que nadie espera es que Cristina se allane a las miserias del estado llano en Labor Parlamentaria. Delegará seguramente la faena en la presidenta provisional de la cámara, Claudia Ledesma.

      Scioli navega sin luces

      Los sueños electorales fabrican monstruos, como los sueños de la razón de Goya. El clima que imprime la competencia obliga a los protagonistas a redoblar la racionalidad de sus dichos y sus hechos.

      El oficialismo y la oposición digieren como pueden la salida de Cristina y de Macri de la grilla de candidatos. Nunca, en realidad, dijeron que serían candidatos.

      Los reclamaban, contra toda razón, las coaliciones de las que son jefes, pero no líderes. Encabezan tribus internas - del Frente de Todos y de Cambiemos - pero su señorío no alcanza para arbitrar las contradicciones del conjunto al punto de ponerse por encima de las confrontaciones.

      Cristina manda en el peronismo del AMBA, que es una fracción del peronismo nacional. Y aún dentro de esa tribu, tiene que convivir con la insurgencia de Alberto Fernández y de Sergio Massa, que administran el Ejecutivo contradiciéndola en todo.

      Lo más amistoso que tiene en esa etnia es Daniel Scioli, que sigue navegando sin luces detrás de una candidatura para la que tiene un mapa de recorridos.

      Este fin de semana estuvo en Quilmes y uno de los armadores nacionales, su exministro "Cacho" Álvarez, estuvo en Misiones. La semana próxima estará en Avellaneda, adonde Alvarez fue intendente y donde manda el Ministro de Vivienda, Jorge Ferraresi, de quien "Cacho" es asesor. Menudo reparto de poder interno.

      Serían candidatos sólo si ganaban

      Macri y Cristina iban a ser candidatos si eran carta segura de triunfo para sus coaliciones. Los alejaron de esa chance las señales de rechazo. Cristina carga con la mochila del fracaso de la gestión del poder Ejecutivo que integra. Leyó el aviso que fue la derrota en las legislativas de 2021.

      Si fuera candidata debería serlo de un peronismo que está unido apenas en lo formal, pero que ella ha condenado por el fracaso en el manejo de la economía, y cuyos errores no tienen remedio.

      Su propio gobierno rechaza los reclamos contra los acuerdos con el FMI que, cree Olivos, pueden salvarlo del naufragio. La caída de adhesiones entre 2019 y 2021 pueden ser más profundas en 2023 y el peronismo nacional, que administra la mayoría de las provincias, ha buscado separar las fechas electorales intentando evitar el riesgo del arrastre hacia un fracaso.

      Macri manda en el PRO, que no es todo Cambiemos. Y bajó la nominación después de que Larreta y Bullrich – como testimonios de una insurgencia interna - alzasen la voz para avisarle que irían a una PASO presidencial contra él. Dentro de su coalición tiene la contradicción con todas las tribus del radicalismo y de la Coalición de Carrió. Un empedrado duro de cabalgar.

      AQ


      Sobre la firma

      Ignacio Zuleta
      Ignacio Zuleta

      Periodista y consultor político