Adiós a Ricardo Bofill, uno de los grandes de la arquitectura posmoderna

Ricardo Bofill falleció este viernes 14 de enero en Barcelona a los 82 años. Fue uno de los arquitectos españoles contemporáneos de mayor proyección internacional. Su vasta producción se destaca por su capacidad de dar respuestas innovadoras a los complejos planteamientos urbanísticos de la ciudad que devino con la posmodernidad.

En septiembre de 2021, al ser investido doctor honoris causa por la Universidad Politécnica de Cataluña, Bofill expresó que, "frente al modelo de ciudad dormitorio, apostamos por la creación de barrios con funciones mezcladas, pero defendiendo la continuidad urbana: la calle y la plaza".

"Toda mi vida en distintos lugares del mundo he defendido la modernización de la ciudad mediterránea", añadió. En efecto, siempre defendió "una teoría del diseño de la ciudad en la que el urbanismo y la arquitectura se desarrollan simultáneamente", a partir de una máxima de Giorgio Martini: 'La ciudad es como una casa, en la que los pasillos son calles y las habitaciones son plazas'".

Su creatividad y talento dejaron obras principalmente fuera de España. Aunque en su país de origen también llevó a cabo obras de gran envergadura, particularmente en Barcelona y su área metropolitana, como la ampliación del aeropuerto de El Prat, el edificio de viviendas Walden-7 o el Teatro Nacional de Cataluña.

Deja como legado una obra en la que conviven el neoclasicismo y la posmodernidad. Bofill se inspiró especialmente en el arquitecto renacentista italiano Andrea Palladio y en los arquitectos neoclásicos franceses François Mansart y Claude Nicolas Ledoux.

De Barcelona al mundo

Hijo de un padre arquitecto y una madre veneciana de origen judío, estudió en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona, de donde fue expulsado en 1957 por sus actividades políticas, por lo que prosiguió sus estudios en la Escuela de Arquitectura de Ginebra (Suiza).

Su salida al extranjero abrió su perspectiva y marcó su trayectoria, y hoy sus obras se pueden apreciar desde Estocolmo a Oriente Medio, desde San Petersburgo a Holanda, Francia, España, Marruecos, Argelia, Estados Unidos, Japón, China o India.

En 1963, reunió en su ciudad natal a un equipo de jóvenes formados en diferentes disciplinas, de la arquitectura a la filosofía, para crear el Ricardo Bofill Taller de Arquitectura (RBTA). Pretendían cambiar la arquitectura y buscaban alternativas a las viviendas sociales.

El estudio de Bofill, instalado en una antigua fábrica de cemento en las afueras de Barcelona, tiene ahora sedes en París, Montpellier, Nueva York, Tokio, Chicago, Pekín y Argelia, y ha realizado más de 1.000 proyectos en todo el mundo.

Particularmente en Francia, cobró notoriedad a partir de los años '70 al materializar el encargo estatal de crear grandes complejos de viviendas sociales, como los de Saint Quentin-en-Yvelines o Marne-la-Vallée, y Les Espaces d'Abraxas, en las afueras de París.

La Escuela de Música Shepherd de la Universidad de Rice en Houston (Texas), y los rascacielos Donnelley y Dearborn en Chicago son algunas de sus obras más conocidas en Estados Unidos.

En un momento en que las grandes ciudades estadounidenses se transformaban para dar lugar a autopistas y centros comerciales, con el automóvil en el centro de la planificación urbana, Bofill defendía el modelo de ciudad mediterránea.

Frente al neoclasicismo que revela el Teatro Nacional de Catalunya, una suerte de templo griego que dialoga con el cercano Auditorio de Barcelona de Rafael Moneo o la nueva sede del Archivo de la Corona de Aragón de Lluís Domènech, Bofill fue capaz de diseñar también edificios para la posmodernidad, como el hotel W (vela) de Barcelona.

Y ganar la atención de los 'instagramers' que eligen uno de sus edificios más famosos de España para fotografiarse: "La Muralla Roja", situado en la Urbanización La Manzanera de Calpe. También se dice que es el escenario en el que se inspiró la serie coreana "El juego del calamar".

Bofill falleció mientras su estudio, conducido por sus dos hijos desde hace algunos años, tiene en desarrollo dos grandes proyectos: el Royal Arts Complex, en Arabia Saudí y el aeropuerto de Chongqing, en China.

Fuente: AFP y EFE.

PB