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      Se agudiza la polarización en Bolivia: el candidato de Evo Morales va parejo con su rival

      El economista Arce y el expresidente Mesa tienen 23% de intención de votos. Entre ambos concentran entre el 46 y el 52% del electorado.

      Redacción Clarín

      Como en otros países de la región, Bolivia enfrenta una fuerte polarización política cuando la campaña electoral para los comicios presidenciales del próximo 18 de octubre entra en una etapa decisiva. Esta división logró que los dos principales candidatos igualen en intención de votos, lo que lleva inevitablemente al ballotaje.

      Luis Arce, economista y candidato a la presidencia por el partido Movimiento al Socialismo (MAS), de Evo Morales, es uno de los polos en esta disputa. El otro está liderado por el expresidente Carlos Mesa de Comunidad Ciudadana (CC), una formación de corte socialdemócrata.

      En los extremos hay una gran variedad de partidos, incluyendo el de la actual presidenta interina, Jeanine Añez, que concentra poco a poco todo el poder de la derecha boliviana.

      Luis Arce, el candidato del Movimiento al Socialismo, con el respaldo de Evo Morales. (AP)Luis Arce, el candidato del Movimiento al Socialismo, con el respaldo de Evo Morales. (AP)

      Hasta julio la mayoría de los sondeos le daban ventaja a Arce sobre los demás, aunque no la suficiente para ganar en primera vuelta. La única encuesta que lo mostraba ganador sin necesidad del ballotaje era la del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag), un organismo latinoamericano con inclinación por el candidato de Morales.

      Ahora la situación está cambiando. El último sondeo realizado este mes por la consultora Mercados y Muestras para el diario Página Siete muestra que Arce y Mesa están igualados en un 23% de intención de votos. En tercer lugar, lejos aún, se encuentra Añez con un 12%. El escenario se completa con un alto número de indecisos que llega al 19%.

      Hay otro número que llama la atención y que tiene que ver con el cansancio de la población por las disputas políticas. Un 11% sostiene que ningún candidato lo satisface y que por lo tanto votará en blanco o nulo.

      El expresidente Carlos Mesa, durante la campaña política en El Alto. (AP)El expresidente Carlos Mesa, durante la campaña política en El Alto. (AP)

      Esta encuesta se realizó en áreas urbanas y rurales entre el 6 y el 11 de agosto pasado, y muestra cambios significativos respecto a las anteriores de la misma firma. En febrero, Arce tenía un 27% de intención de voto, y en julio un 24%, para bajar otro punto en agosto. Mesa, en cambio, fue subiendo del 19% de febrero al 20% en julio y al 23% actual.

      Esta fuerte polarización se agudizó en el último mes con la pelea por el reclamo del MAS de adelantar las elecciones, dado que la fecha había sido pospuesta dos veces por el gobierno con el argumento de la pandemia de coronavirs. Esto llevó a cortes de ruta y bloqueos de suministros. Los problemas que generaron las protestas impactaron en la imagen del partido, a tal punto que el propio Evo Morales dio marcha atrás y pidió a su gente levantar los cortes y normalizar la situación.

      Los demás candidatos están a una distancia muy lejana de los primeros. Luis Fernando Camacho, postulante del ultraderechista Creemos, tiene un 6% de intención de votos. Jorge “Tuto” Quiroga, candidato de Libre 21, apenas alcanza el 3%. El postulante evangelista Chi Hyun Chung 2%.

      La presidenta interina de Bolivia, Jeanine Añez, va tercera, lejos de los dos principales candidatos.La presidenta interina de Bolivia, Jeanine Añez, va tercera, lejos de los dos principales candidatos.

      Por el momento no hay otras encuestadoras que tengan resultados de agosto. Una relativamente cercana es la realizada por la firma Ipsos en julio pasado. Allí también había paridad, con Arce y Mesa empatados en un 26% de intención de votos.

      Todos los estudios coinciden que entre los dos primeros, Arce y Mesa, se llevan entre el 46% y el 52% de los votos de los bolivianos.

      La presidenta interina, cuya imagen viene cayendo paulatinamente -pasó del 17% de intención de votos en febrero al 12% actual-, intenta levantar ahora con una fuerte campaña política a la que convirtió en una verdadera guerra sucia.

      En este escenario político de alta incertidumbre, afectado notoriamente por la pandemia de coronavirus que se propagó rápidamente en el país del altiplano, es muy probable que la cuestión económica resulte central a la hora de votar.

      DV