Gimnasia vs. Talleres, por la Copa de la Liga: goles, resumen y resultado

Apenas cuatro minutos tardó Gimnasia en continuar su actuación valioso en La Bombonera, por la primera fecha. Salió a jugar convencido, tuvo un corner y no perdonó: lanzamiento desde la izquierda al segundo palo y aparición sorpresiva del lateral derecho Marcelo Weigandt. Uno a cero.

Como siempre, un gol tan pronto modifica el escenario. ¿Empezaba otro partido? Sí. Talleres comenzó a tomar la iniciativa, a tener la pelota, a jugar en el campo rival. Todo en el contexto de un desarrollo intenso. Sirve un dato del desarrollo: en la primera media hora del encuentro, Talleres generó siete corners. Un síntoma de la búsqueda permanente del equipo cordobés.

Pero al equipo del uruguayo Medina le faltó un detalle clave: precisión en los últimos metros. Ahí, en las áreas, donde se resuelve todo. ¿Tendrá que ver con que juega con un nueve no acostumbrado al puesto como Carlos Auzqui, acostumbrado a jugar por las bandas? Relativo. El ex Estudiantes y Huracán marcó el único gol en el 1-0 del debut frente a Patronato, en el Kempes.

No cambiaron demasiado las particularidades del segundo tiempo. Talleres estuvo dos veces muy cerca: a los ocho, se lo perdió Parede -curiosamente tras un contraataque de un corner en contra), a los diez lo tuvo Auzqui, pero desperdició la situación desde una posición inmejorable. Talleres ya merecía claramente bastante más que esa derrota parcial.

Pero ​todo cambió en una jugada. A los 16 minutos, el árbitro Germán Delfino vio adentro del área una infracción de Auzqui a Weigandt. Penal. Había sido afuera; era tiro libre. Varios jugadores de Talleres protestaron. Marcos Díaz fue amonestado. Franco Fragapane por exceso verbal resultó expulsado. Ya a los 20, Alemán cambió el error del árbitro por gol, con un zurdazo implacable. Dos a cero.

La roja a Harrison Mancilla, casi inmediatamente posterior al segundo, dejó a los dos con diez y el campo de juego con más espacios. Pero Talleres, más allá de las variantes no lo supo resolver. Ya era tarde. Incluso, Gimnasia hasta se dio el gusto de golear en un partido que lucía complicado. A los 41, el ingresado Lucas Barrios marcó un golazo. Tres a cero.

Ahora, seguro, en El Mondongo, el barrio más tripero de La Plata, todavía deben estar festejando.