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      La filtración de Máximo Kirchner, el ejemplo de Santa Cruz y el rechazo opositor a la Ley de Lemas

      La idea de unificar las PASO con las elecciones genera diferencias dentro del Gobierno y en Juntos por el Cambio.

      La filtración de Máximo Kirchner, el ejemplo de Santa Cruz y el rechazo opositor a la Ley de LemasMáximo Kirchner en una sesión en Diputados.

      Un turno para los aprendices de hechiceros

      La política líquida admite que no hay un gobierno sino muchos gobiernos. ¿Cuál de ellos habló de ley de lemas? No tiene leyes la política, pero sí dictámenes, de los cuales es mejor no apartarse so riesgo de despertar demonios. Un gobierno al que le va mal, ¿puede cambiar su suerte si cambia una fecha electoral? Un gobierno que cambia las reglas de una elección para ajustarla a su medida, ¿emite un mensaje de derrota o puede despertar algo de optimismo? Si se miden las palabras de la última semana, hay que creer que el Gobierno se mueve como quien teme perder las elecciones, y que algunos de sus gerentes creen que jugueteando con el calendario torcerán ese pronóstico. También que hay aprendices de hechiceros que proponen recetas mágicas para adueñarse del futuro. Entre estos se cuentan quienes filtraron el sábado un "memo" que se le atribuye a la familia Kirchner (en la persona de Máximo, el miembro parlante de esa etnia - Cristina no habla). Sobre el destino de los aprendices de brujos conviene repasar la leyenda de Éucrates, el personaje de Luciano de Samosata (un griego fabulador de Siria, siglo II D.C.), que robó unas mancias para reemplazar al aguatero y terminó anegado. Es lo mismo que reescribió Goethe en una balada que musicalizó Paul Dukas, y que Disney llevó al cine en Fantasía.

      Esta filtración es un clásico globo de prueba para medir aceptaciones y rechazos. Un método que inauguró en los '90 Eduardo Bauzá para someter proyectos al arbitraje de la prensa y la opinión pública. Pero es una admisión de que el Gobierno se tienta, no ya una suspensión o postergación de las PASO: ha llegado a tentarse con un cambio sustancial del sistema para avanzar en una reposición de la ley de lemas. La necesidad les hace los políticos, muchas veces, agarrar la bicha con la mano. Faena riesgosa, si las hay.

      Un rompecabezas de debilidades

      El proyecto no es nuevo en el mundo de las peñas del oficialismo. Este diario había adelantado ese escenario en junio pasado ("Una receta: volver a los neolemas de 2003", en Avant Première del 28 de junio de 2020), como una manera de destrabar la puja entre los caciques que controlan las distintas tribus, sin mucha voluntad de someterse a un liderazgo unificado de nadie. Ni de Cristina, que no pudo ser ni candidata a presidente en 2019, por la negativa del resto del peronismo a reconocerle precedencias de liderazgo. Mucho menos de Sergio Massa, que representa la minoría del cristinismo. Y mucho menos acatar el mando de Alberto, que podrá manejar una lapicera de lujo, pero que no le sirve más que si fuera una modesta birome descartable. Era otra manera de tramitar el rechazo del oficialismo de las PASO, una iniciativa que se planteó en el peronismo apenas ganó las elecciones de 2019.

      Es el proyecto más viejo del oficialismo, y busca remediar el drama de un gobierno que es un rompecabezas cuyas partes compiten, no en fuerza sino en debilidades. El sistema de los neolemas de 2003 autorizó a que cada partido llevase a los candidatos en varias listas. Eso puso en las urnas a tres peronistas, Carlos Menem, Néstor Kirchner y Alberto Rodríguez Saá, y a tres radicales, Ricardo López Murphy, Elisa Carrió y Leopoldo Moreau. El peronismo evitaba llevar a sus afiliados a una elección interna que todos temían que ganase Menem. El riojano había recuperado prestigio después de su tumultuosa salida del gobierno en 1999 y su detención en 2001 por la causa armas. Su imagen recuperada le permitía ser competitivo en las elecciones de 2001, y esto disparó el proceso de desestabilización del gobierno de Fernando de la Rúa que emprendió el duhaldismo. El candidato a presidente de esta corriente del peronismo en aquel momento era Carlos Ruckauf, y sus marcas en las encuestas empezaron a parecerse a las que tenía Menem. Menem salió de la detención en diciembre de 2001 y a De la Rúa el gobierno le duró 10 días. El 20 de diciembre renunciaba.

      Cambiar las reglas trae mala suerte

      Las alquimias electorales que buscan remediar el destino - no perfeccionarlo, que sería lícito - no le funcionaron al peronismo. En 2001 el Congreso impuso la ley de lemas en el llamado a elecciones presidenciales para marzo de 2002. La caída de Adolfo Rodríguez Saá desbarató el proyecto, pero en 2003 funcionaron los neolemas. Fue una idea de Juan Carlos Romero que retomó Eduardo Duhalde, para mejorar la suerte de su candidato - nombre que salió de un casting por el que desfilaron él propio Duhalde, Carlos Reutemann, Mauricio Macri, Juan Manuel de la Sota, Ramón Puerta y, finalmente, Néstor Kirchner. El hechicero de entonces perdió aquellas elecciones, que ganó Menem. En otro ejercicio de alquimia electoral, Cristina de Kirchner adelantó las elecciones legislativas de 2009 con el argumento de que con la crisis financiera internacional "el mundo se nos venía encima" y que no podía extenderse mucho el proceso electoral porque distraía al personal. El peronismo perdió aquellas elecciones. Los lemas subsisten en Santa Cruz y la oposición nunca daría apoyo a una reforma así, porque tienen fresco el recuerdo de que el senador Eduardo Costa sacó más votos que la actual gobernadora Alicia Kirchner, pero que ella se quedó con el cargo gracias a esa polémica norma.

      Un llamado a negociar las diferencias

      La filtración de Máximo sobre la ley de lemas parece un mensaje para sentar a la oposición a negociar y partir las diferencias. El lenguaje de esta filtración es el que Máximo ha empleado cuando ha hablado en privado con los propios y la oposición: su madre y él creen que debe haber primarias, que se deben realizar de alguna manera sin pensar en el gasto, aunque sí ajustarlas a las necesidades de la peste. Rechazó siempre la suspensión del sistema. En la reunión de los gobernadores con Alberto el miércoles pasado - Jorge Capitanich del peronismo, Gerardo Morales y Gustavo Valdés del radicalismo - se habló de tocar el cronograma de las elecciones. La oposición admite el achatamiento de los plazos y acercar la fecha al 10 de diciembre. Todo se puede hacer con 129 votos para cambiar el código electoral.

      Pero nadie habló de ley de lemas ni nada parecido. Tampoco en la reunión que mantuvieron los funcionarios del gobierno (la Secretaria de Asuntos Políticos Patricia García Blanco y la Directora Nacional Electoral, Solange Quiodo, entre otros) con los camaristas electorales (Santiago Corcuera y Daniel Bejas -Alberto Dalla Vía está en aislamiento de recuperación), para repasar detalles del cronograma electoral.

      Esta semana los jueces de la CNE tienen previsto un zoom con todos los jueces y secretarios con competencia electoral del país, para escuchar las necesidades sanitarias y técnicas que permitan seguir con el cronograma electoral.

      La mesa de Cambiemos defenderá las PASO

      Seguramente Máximo saldrá hoy a negar que haya hablado jamás de lemas, pero hay que creerle también a la prensa que publicó sus argumentos, que revivieron la idea que este diario publicó en junio pasado. La mesa de Juntos por el Cambio tiene comprometido un trono de zoom para sesionar en la mañana de este lunes. Rechazará también cualquier mecanismo de supresión de las PASO. No porque amen el sistema que el peronismo inventó para embromarles la vida a los no peronistas. Es porque es el recurso más eficaz de reclutamiento de aliados que tiene, porque le asegura a quien se acerque una herramienta de competencia interna. Se lo explicó Horacio Rodríguez Larreta a la mesa que le reunió el viernes a la noche el gobernador de Salta Gustavo Sáenz en la residencia de Finca Las Costas.

      Estaban representados los sectores que apoyaron su candidatura, entre quienes hay macristas, radicales y massistas, un arco multipartidario incompresible para la política porteña pero que expresa la convivencia en algunas provincias. Sáenz rechaza las PASO porque, como todo gobernador, maneja la lapicera en paz. Se apartó de Olivos con la separación de fechas de elecciones. Usó el argumento de que él tiene voto electrónico local, incompatible con el sistema papelero nacional. Salgo parecido de lo que le ocurrió a Larreta en la CABA. Esa diferenciación no gustó, admitió, en Olivos. Allí tampoco les conforma la renegociación de la deuda provincial, como le ocurre también a Córdoba. Martín Guzmán querría seguimiento de las provincias en sus negociaciones globales con el FMI, pero los gobernadores tienen que sujetarse a su necesidades básicas, no a formatos ajenos.

      Falta saber qué opinan en Olivos del proyecto de reforma de la constitución provincial que lanzó Sáenz, que reduce a dos los mandatos de gobernador, aumenta de 2 a 4 años el mandato de concejales y unifica las elecciones provinciales. Larreta estaba acompañado por el secretario general de su gabinete Fernando Straface y el secretario del PRO nacional, Eduardo Macchiavelli, quienes lo acompañaron a parlamentar durante el fin de semana con Bettina y Juan Carlos Romero en la facilities familiares de Cafayate.

      Sesiona Diputados, sin biocombustibles

      ¿Tenía que cumplir años para que se superase el cisma que divide a la colectividad política? Mario Negri recibió el sábado centenares de mensaje de saludos de sus amigos, sus conmilitones y también de sus adversarios, de todos los niveles y todas las geografías. La fecha dio para la confluencia de comunicaciones que parecían cortadas. El mismo puso por encima de las divisiones esa celebración personal, no sólo con los suculentos costillares que adornan sus parrillas. De esos diálogos cumpleañeros surgió alguna agenda para la semana que comienza. Justificó la reaparición en la línea de Sergio Massa, que parecía haber emigrado de todos lados. Se justificó con el argumento clásico: te llamé y no respondiste.

      La novedad más importante de ese contacto es que el oficialismo quiere que el jueves la oposición de JxC le firme el nuevo protocolo para sesionar ese mismo día. El orden del día son temas inocuos. ¿Biocombustibles? No está en la lista. La explicación la dio a la oposición, en otro curso de mensajes más que discretos, el propio Máximo Kirchner. Eso está demorado, por ahora no va, hay quilombo. Expresa la puja de sectores dentro del oficialismo y la oposición por el proyecto de renovación de las ventajas para el uso de alcohol en los combustibles. Es un gran negocio para el campo y en particular para algunas provincias agropecuarias. Pero el Gobierno teme que la fluctuación del precio de la soja encarezca el de los combustibles. Esa mezcla tampoco les gusta nada a la petroleras, que han logrado congelar en Diputados un proyecto que había salido del Senado por unanimidad. Los Kirchner representan a Buenos Aires - distrito agropecuario - pero su querencia está en Santa Cruz, provincia petrolera.

      Estampas de unidad opositora

      La oportunidad cumpleañera dio también para un concilio a solas con Patricia Bullrich. La presidenta del Pro había viajado a Carlos Paz a presentar su libro y quiso que Negri apareciese junto a ella. El diputado radical no sólo dirige el interbloque. También es el dirigente que mantiene los contactos de frontera con el oficialismo en el nivel más alto. Esa cita, además, acercaba a tribus de la oposición que tienen pendientes algunas negociaciones. El jueves, el grupo Olimpia -que integra Negri, junto al que coordina Jesús Rodríguez- había publicado el "Manifiesto por la esperanza democrática", una plataforma de ideas identificada con el ala más socialdemócrata del oficialismo. Lo firma un conjunto de base, que integran Mario Negri, Jesús Rodríguez, Luis Naidenhoff, Ernesto Sanz, Lilia Puig, Maxi Abad, Pablo Blanco, Facundo Suárez Lastra, Karina Banfi, Fabio Quetglas, Adolfo Stubrin, Walter Ceballos y Agustín Campero. Este fin de semana ya había recolectado más de 1.500 firmas de dirigentes con cargo y sin cargo del radicalismo.

      El contenido del documento contrasta con el ala de Juntos por el Cambio que expresan Bullrich y Miguel Pichetto, que entienden que la oposición tiene que presentarse como una opción de centro derecha. Atinado que estos sectores busquen un punto de acercamiento, porque son visiones contrarias que subsisten en el mismo arco, hoy en la oposición, desde que nació Cambiemos. Así como hay varios gobiernos, también hay varias oposiciones bajo el mismo paraguas de la coalición JxC.

      Cornejo-Cobos, la fórmula mendocina

      De esos concilios con parte, otros encuentros más discretos. Uno de ellos juntó a Miguel Pichetto con Alfredo Cornejo en la oficina de éste, en el congreso de los diputados. Cornejo es el presidente del partido y no firmó el documento, que retuvo hasta último momento para leerlo. Seguramente tiene que cuidar la equidistancia, como autoridad, entre sectores contrastantes dentro de la UCR, que es un partido de librepensadores. El documento se identifica con los dirigentes que apoyan a Abad en la pelea interna contra Gustavo Posse por la conducción de la UCR en Buenos Aires. Pichetto apoya a Posse. La oportunidad le sirvió para parlamentar con Cornejo la prescindencia de su figura cerca del partido Demócrata de Mendoza. Este partido conversa con los llamados libertarios de la derecha más ortodoxa, pero Pichetto toma distancia de esos sectores. En Mendoza ya hay un cierre preliminar de candidaturas. Cornejo será candidato a senador nacional y Julio Cobos encabezará la lista de diputados nacionales.

      Las posiciones de abajo se negociarán con el PRO local, que ha picado alto en Diputados con la exaltación de Omar de Marchi como vicepresidente de la cámara. Reemplazó a Álvaro González, mano derecha de Horacio Rodríguez Larreta y entabló una relación mejor que la que éste tenía con Sergio Massa. Ocupa un despacho premium del palacio y tiene uso de auto, algo que Álvaro no lucía. Álvaro pasó en la semana, para ajustar detalles de la relación Pichetto-Larreta, por uno de los cuarteles de Pichetto, su estudio de la calle Paraná. El ex senador Pichetto tiene varias trincheras. Ha abierto unas oficinas en la calle Balcarce al 200, adonde llevó el viernes a más de 50 dirigentes de la provincia de Buenos Aires, distrito que recorre de la mano de Joaquín de la Torre y Jesús Carilino - "peronista y argentino", según un viejo lema de campaña.

      Guarda un tercer recinto, el quincho de su casa en Vicente López, para citas más recoletas como las de los días sábado. En la semana anterior, anduvo por allí Diego Santilli, a quien instruyó, entre otros tópicos, sobre cómo aprovechar mejor su vacación en Bariloche, tierra propia del rionegrino. Este sábado los visitantes fueron Ramón Puerta y Juan Pablo Lohlé, quien actualizó al grupo sobre el frente externo y, especialmente, Brasil, en donde "Poli" ha sido embajador.

      Alberto forzado a apoyar proyecto de sus adversarios

      La lista mendocina protagonizará una de las elecciones de postín del año, contra la senadora Anabel Fernández Sagasti, cristinista extrema que va por la reelección. Esta disputa tendrá carácter nacional y participarán, de forma delegada, Cristina, Alberto y el comando de Juntos por el Cambio. Para Alberto será la primera elección legislativa y se juega todo. En 2009, a dos años de asumir, Cristina perdió la legislativa, y en Mendoza Ernesto Sanz ganó su segundo mandato de senador. Le ganó al peronismo que era gobierno con Celso Jacque. Vivía aún Néstor Kirchner y el "Chueco" Mazzón, que ordenaba los soldaditos. Fue la prueba de fuerza que nacionalizó la figura de Sanz. Esta puja hace que el peronismo local quede atado al proyecto oficial de Rodolfo Suárez, de avanzar en la construcción de la represa de Portezuelo del Viento. Es un compromiso que viene de la era Kirchner y que abrochó Mendoza con el gobierno de Macri. La situación fuerza a Alberto a hacer equilibrio ante los pampeanos que critican esa obra. Paga religiosamente la cuotas para financiar esa obra. Este mes giró USD 65.461.392 cumpliendo, además, con el paso de uno de los bonos que Martín Guzmán salvó del reperfilamiento, esa suerte de default manso.

      También el peronismo apoya el proyecto de reforma de la constitución provincial de Mendoza, que le da autonomía y coparticipación a los municipios y crea una legislatura unicameral. El proyecto, que duerme en estos meses casi en la clandestinidad, no incluye cláusula de reelección, algo que buscaron todos los gobernadores anteriores, en un distrito que autoriza a un solo mandato, como Santa Fe. Para volver, debe esperar a que pase un período completo. Ahora el peronismo, que impidió reformas anteriores, hace circular la idea de que puede apoyar la reelección. Lo beneficiaría al actual Suárez, pero lo complica a Cornejo, que aspira a ser candidato a gobernador en 2023. El peronismo prefiere a un Suárez por ocho años que un regreso de Cornejo en ese año por otros cuatro. Fue un duro adversario, y no quieren repetir la experiencia.


      Sobre la firma

      Ignacio Zuleta
      Ignacio Zuleta

      Periodista y consultor político