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      Qué es el catfishing, el delito virtual que se potenció durante la pandemia

      La suplantación de identidad puede ser un primer paso para cometer otros delitos más graves como la estafa, la extorsión o el acoso.

      Qué es el catfishing, el delito virtual que se potenció durante la pandemiaEn internet muchas personas no son quien dicen ser.
      Redacción Clarín
      20/02/2021 16:01

      Suplantación de identidad, mentir sobre nuestra personalidad, engañar con mentiras constantes sobre uno mismo… En todo esto, las personas catfish son auténticos expertos. Se dan a conocer como alguien detrás de la pantalla -siempre por internet- y después resulta que no son quienes decían ser.

      Durante la pandemia del 2020 hubo un incremento en los delitos digitales como el catfishing, que ya aumentaba antes del estado de alarma, pero nunca con cifras importantes a nivel mundial durante el confinamiento: los ciberdelincuentes y las víctimas se encontraban más veces delante la pantalla y tenían más tiempo para dedicarse a estafas virtuales.

      En Argentina, por ejemplo, las estafas virtuales, el robo de datos y las extorsiones se multiplicaron.

      Según datos de la Asociación Argentina de Lucha contra el Cibercrimen (AALCC), las denuncias por delitos informáticos aumentaron el 61,1% en 2020. De 971 casos pasaron a 1.569, marca la estadística, elaborada en base a las consultas que recibe la institución. Es apenas una muestra de lo que sucede en un universo donde la mayoría de los hechos no son denunciados.

      Con un salto del 116%, el fraude fue la modalidad que más creció de un año a otro, de acuerdo al informe anual que realizó la AALCC. Las metodologías usadas por los estafadores virtuales fueron categorizadas como “phishing bancario”, “phishing con tarjeta de crédito”, “compras en portales no validados”, “compras a través redes sociales” y “compras/validaciones de datos telefónicas”.

      En total recibieron 284 consultas cuando un año antes habían sido 131.

      Por eso es esencial tener conocimientos sobre esta práctica para saber identificarla y tener más cuidado para evitarla.

      Significado y primeros pasos

      La palabra catfishing es un anglicismo que hace referencia al delito de suplantación de la identidad de otra persona en las redes sociales y/o internet: aparentar ser alguien sin serlo.

      Hace también referencia a la creación de cuentas falsas con datos y fotografías de otra persona o irreales -normalmente generadas por internet- y aprovecharse de esta suplantación para llegar a cometer otros delitos.

      Pero, ¿cuándo se empezó a identificar? En el 2010, gracias a algunos video-documentales, se tomó conocimiento de los engaños que se producían a través de las redes sociales como el catfishing.

      El fotógrafo Nev Schulman, por ejemplo, hizo un documental sobre esta práctica, después de una experiencia personal, y fue tanto el éxito que tuvo, que actualmente tiene su propio programa llamado Catfish en la cadena no-musical MTV.

      Los peligros del catfishing

      El miedo a internet es cada vez menor y, en consecuencia, los ciberdelitos van en aumento. Las personas cada vez se confían más y el respeto que se tenía antes en la red está desapareciendo poco a poco. A la larga, hemos aprendido a tratar a las personas de una manera distinta: sin verlas y a través de una pantalla, incluso sin conocerlas.

      Según el abogado y director de Pozo Abogados y Asociados, el español Cristian Pozo, enjuiciar al autor de este ciberdelito es mucho más complicado porque este es anónimo. Existen muchos casos de catfishing que se acabaron archivando por mero desconocimiento. Pero Pozo explica cómo, según su experiencia profesional, el catfishing puede llegar a ser el primer paso a otros delitos mucho más graves.

      La persona catfish suele explicar una situación trágica que provoca la pena en la víctima, y, como recompensa, pide una cantidad de dinero para que le transfieran y pueda seguir adelante. Pero todo resulta ser un engaño, la historia inventada, y el dinero de la víctima perdido sin ningún fin. En países como España, por ejemplo, la pena tiene 8 años de prisión.

      Luego del engaño comienza la extorsión. Este procedimiento delictivo está enfocado en obligar a una persona a realizar alguna acción mediante el uso de información personal, fotografías personales, violencia o intimidación por parte del catfisher.

      Por último, la víctima comienza a sufrir acoso o stalking a través de llamados o el envío de mensajes de manera repetitiva. Los acosadores pueden aprovechar el catfishing para espiar a sus víctimas desde el anonimato, obsesionarse y hasta establecer contacto mediante las redes sociales.

      El catfishing llegó con el auge de las redes sociales y el confinamiento las potenció. Puede parecer inofensivo, aunque tenga graves consecuencias si se llega muy lejos.

      Con información de La Vanguardia.