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      La conjura de los débiles

      Rumbos. El oficialismo y la oposición sufren la ausencia de un liderazgo unificado. Los problemas que genera el enigma de Macri. El próximo domingo 12 se larga el cronograma electoral 2023. El fracaso del modelo Fernández-Fernández. Capitanich insiste con su propuesta y la debate en Olivos.

      La conjura de los débilesMauricio Macri, Horacio Rodríguez Larreta y sus respectivas esposas cenando en el Sur. El ex presidente demora una respuesta sobre su candidatura y utiliza el lujoso country Cumelén como oficina.

      Con la atención de la platea atraída por la prensa tele dependiente hacia el planeta judicial, con diversos grados de perversión - los casos Báez Sosa, Lucio Dupuy, el intento de juicio a Corte –, la colectividad política animó en las últimas horas debates profundos que pueden determinar su suerte en las elecciones de octubre. El oficialismo desmadejó las disidencias entre el peronismo que gobierna en el orden nacional y el peronismo de los gobernadores. La oposición de Juntos por Cambio tuvo el miércoles un denso debate en la cúpula que puede sacar a Mauricio Macri del silencio caviloso sobre su candidatura, quizás el eslabón que más separa a la tribus que conforman esa liga. Las dos coaliciones están atravesadas por el signo de los tiempos, que es la ausencia de un liderazgo unificado. Son mesas horizontales de dirigentes que se sienten iguales en punto a aspiraciones y subsisten con una democracia de hombres débiles. Por la ausencia de liderazgos y de partidos orgánicos que los articulen, las voluntades se anulan y transmiten a la sociedad más incertidumbre. En las coaliciones conviven, atribuyéndose plenos derechos, dirigentes con espesura y trayectoria, como los gobernadores y jefes legislativos del FdT y de JxC, con emergentes de la democracia popular de mercado. Son personajes mediáticos y opinadores que saben qué representan, pero no a quién representan – talking heads cuya única tarea es opinar sobre los hechos del día pero que nunca han gestionado ni constituido poder propio. O cortesanos que deben su gravitación a la amistad con un jefe partidario o a sus familiares con altos cargos, que se sienten con capacidad de disputar territorios a quienes se los ganaron peleando votos. El lector puede ponerle nombre a cualquiera de estos personajes en el oficialismo y la oposición. Una ayuda: Bullrich pertenece al planeta de los opinadores de la oposición. Tiene respuesta para todo. En el oficialismo, Maxi Kirchner es el modelo del cortesano. Si no fuera por Mami, no lo invitarían ni a los cumpleaños.

      Macri arrinconado en Cumelén

      Durante más de cinco horas en Cumelén, discutieron los males de la falta de liderazgo Mauricio Macri, Miguel Pichetto, Juan Carlos Romero y Ramón Puerta, según los cánones básicos de un debate sobre el origen del poder. La mesa devoró un menú completo delicias de la cocina árabe con el solo propósito de los visitantes de apurarlo a Macri para que decida cuanto antes si será candidato a presidente en octubre. Le mostraron cómo el ordenador de las fuerzas del oficialismo y la oposición ya no son las voluntades personales ni menos los partidos, que tienen una existencia vegetativa. El ordenador es ahora el cronograma electoral, que arranca el próximo domingo 12 de febrero con las PASO de La Pampa. La indefinición sobre qué hará Macri impide que en las provincias que votarán antes de junio (unas 12), la oposición unifique coaliciones que enfrenten al peronismo. En las provincias que administra el peronismo, los gobernadores son factor de unificación en el orden local. Pero en la oposición, el armado que intenta Juntos por el Cambio es un camino barroso: cada dirigente que va con pretensiones presidenciales – Horacio, Patricia – desbarata lo que armó el otro y genera movimientos alternativos que impiden cualquier unificación. Las crisis de JxC en Neuquén, Río Negro, Salta y Mendoza son un ejemplo.

      Sin partidos, el líder debe ser el candidato

      El debate sobre liderazgo y candidatura no es nuevo. La debilidad del sistema de partidos desde 2001 los ha achatado; terminó con los dos líderes históricos de las dos coaliciones - Menem, Alfonsín – y la ausencia de liderazgos es una consecuencia de aquella crisis. En la mesa de Cumelén se planteó en estos términos: ¿puede ser el líder del PRO, Macri, por decir, sin que sea el candidato? Pichetto aporta el modelo negativo de los Fernández, cuya presidencia fracasó porque Cristina, líder del peronismo de Buenos Aires – una parcela el peronismo nacional, pero la primera minoría – ensayó retener su poder para manejarlo a Alberto. Perdieron los dos, que encabezan las listas de desprestigio en cualquier encuesta. Con esa experiencia, ¿puede Macri insistir en ser el José María Aznar del PRO? El ex premier español gobernó dos mandatos y prometió que nunca buscaría volver a ser candidato. Esa cesión de poder le valió al PP los dos mandos de Rajoy, mientras Aznar maneja el partido, la fundación, hace negocios y es un jarrón chino que se buscó un lugarcito sobre la chimenea. Cristina no cedió poder. Facturó con el cargo de vicepresidente el poder que tenía, pero se guardó el rol de vigilante y termina sus cuatro años como opositora tuitera de su propio gobierno. En la semana Emilio Monzó habló, en apoyo de Macri como mentor, que Mauricio debería ser el Pep Guardiola del PRO – el coach mágico que fue del mejor Barcelona FC.

      Si no se decide, mal; si lo decidió y lo oculta, peor

      Alguna vez habrá que explicar cómo hace Macri para decirle a gente como el trío que fue a Cumelén, que no tiene decidido qué hará. Si no lo sabe, es para preocuparse por el personaje, porque hay presidentes que deben mostrar decisión cuando les dicen que si aprieta el botón salta todo. Para dubitativos ya lo tuvimos a Cafiero el Viejo y a De la Rúa. Y si sabe qué va a hacer, pero lo oculta, tampoco es muy alentador. ¿Quién se merece ese trato? También habrá que explicar por qué gente grande, encallecida en el oficio, lo escucha en esas indecisiones y no le piden una respuesta a la altura del gasto que se hacen para viajar a Cumelén, que es caro y está lejos. Alguno ironizó sobre ese absurdo cuando dijo: cada uno de nosotros representa 50 años de vida política. Como diciéndole que ellos saben cómo se logra, como se mantiene y cómo se pierde el poder. Le consintieron razones personales: es un cambio de vida. Pesan experiencias de segundos tiempos que no funcionaron. Cavallo zafó de la primera – Menem -; amagó con un regreso – De la Rúa - y terminó entre rejas. El fútbol también enseña: si erraste un penal no pidás patearlo de nuevo. Lo sabe Mbappé, que marró dos penales seguidos el jueves contra el Montpellier.

      El crimen no paga

      También se permitió algún alarde de suficiencia: sé que, si soy candidato, gano, pero el problema es como hacer los cambios que el país necesita. Me pasó, se lamentó, en el primer mandato. Y ensayó alguna crítica: apoyamos a los gobernadores y a los piqueteros y no nos acompañaron. Pero, aclaró, Rogelio Frigerio va a ser un gran gobernador de Entre Ríos. Se mortifica Macri con autocríticas por lo mejor que hizo su gobierno: dejar 24 provincias con superávit fiscal y sin crisis institucional, o protagonizar la revolución en paz que han sido los acuerdos cayetanos para la ley de villas y la economía popular, audacias a la que no se animó ni el peronismo ni las izquierdas. ¿Esperaba un repago en votos? La historia lo va a recordar por eso, no por el acuerdo con el FMI. Romero musitó: cuando Corach nos ayudaba a los gobernadores, no había gobernador que trabajase para otro candidato. Puerta completó la idea: el candidato a presidente arrastra al candidato a gobernador. Alfonsín lo hizo ganar a Armendáriz en Buenos Aires, y vos la hiciste ganar a María Eugenia. El Macri de 2015 era, seguramente, un personaje más rico que éste; eran tiempos de aprender, y aprendió. Tanto que ganó las elecciones de 2017. Este Macri se pone el sombrero de ideólogo conservador, se deja entornar por los conservadores – mucho meneo con los Vargas Llosa - y quiere arriesgar su suerte con una revolución que sospecha no podrá lograr del Congreso. Tampoco puede ofrecer gobernar por decreto, que es el hilo más delgado de la debilidad institucional. La prueba es este gobierno.

      El año electoral es uno solo, no dos

      A esta altura la sobremesa – interrumpida por un aparte de Macri y Pichetto para atenderlo al candidato neuquino aliado del PRO “Rolo” Figueroa – ya era casi un posgrado, y con final anunciado: tenés que ser candidato, anuncialo cuanto antes. Puerta y Romero pusieron fecha para este mes. Después puede ser tarde y dividir más a JxC en el interior. Las elecciones adelantadas, creen, son parte de un todo que es el proceso nacional. No se pueden escindir los dos turnos. En la oposición hay observaciones sobre el entorno íntimo de Macri, integrado de “porteñitos”, gente de CABA y de Buenos Aires, que están muy lejos de percibir lo que pasa en las provincias. Pichetto cree que tiene plazo hasta marzo. Macri se entusiasma, sin mostrar dudas, cuando se imagina candidato. Le sigue inquietando la fuga de votos hacia Javier Milei. Si aparece Patricia, cree, lo frena; si aparece Horacio, avanza, si aparezco yo, lo puedo neutralizar. Valoró ese encuentro y la densidad de la charla cuando lo comentó por teléfono a sus estrategos de Buenos Aires. Como celebró la reunión con Larreta del día anterior, que sintetizó como un repaso de la situación económica. Macri padece del prejuicio de creer que los problemas del país son económicos, que los van a arreglar los contadores, y que hay que convocar a la gente a un gran sacrificio. Pichetto, que tiene memoria, repite: tampoco es cosa de andar haciendo campaña metiéndole temor a la gente.

      El peronismo forzado a discutir liderazgos

      La chispa de la discusión se encendió en el oficialismo con el debate entre Jorge Capitanich y la cúpula de Olivos por el veto del chaqueño a que Alberto, Cristina, Massa, Manzur y De Pedro disputen una PASO. Son del mismo espacio, que decidan quién es su líder y que vengan a una PASO con el peronismo de los gobernadores. No pasó mucho tiempo para que Alberto viajase al Chaco a reunirse con Capitanich. Éste tiene un proyecto - que el presidente durmió - de una reforma del PJ, para convertir al Frente de Todos en la marca principal, con el PJ como integrante. Olivos sigue repasando listas de congresales y consejeros a una cumbre partidaria el 24 de febrero, y sancionar alguna reforma que le dé una oportunidad competitiva al peronismo, que parece condenado a la derrota en todas las encuestas. Este debate dentro del peronismo es el primero que abre sobre la carencia de liderazgo. El de Cristina en Buenos Aires apenas le basta para retener el 30% de los votos del peronismo para ella, Kicillof o cualquier otro dirigente. Las elecciones no las ganan los candidatos sino los partidos. El peronismo nacional se resiste a volver a perder como en 2021, cuando fue vencido en 12 provincias.

      El ajuste demora la moratoria

      La unificación posible del peronismo viene de los federales. Capitanich cree que su formación debe avanzar en propuestas moderadas. Las campañas, dice, se arman de la periferia hacia el centro. La unificación de la oposición depende de que aparezca algún factor de convergencia que sincere las peleas que los dividen. En la provincia de Buenos Aires JxC ya tiene siete candidatos a gobernadores y les falta alguna orden “de arriba”, que todos acaten, como si hubiera un líder que no tienen. Tampoco es fácil moverse con agendas que se entrecruzan y, que a veces, están al acaso de circunstancias incontrolables. Hace una semana, Gerardo Morales suspendió una aparición en el Festival de Cosquín porque coincidió con la muerte de un hijo de Milagro Sala. El jueves Macri suspendió su visita a La Pampa poque le recordaron, a último momento, que ese día había una pueblada porque leían en el juzgado de Santa Rosa las condenas en el caso Lucio. Los escuderos de Larreta escudriñan sobre la conveniencia de que asista el 18 de febrero Cosquín Rock, un fumadero de riesgo para un candidato. Este lunes habrá una reunión de la mesa nacional de Juntos por el Cambio, para definir alguna agenda legislativa que aleje al Congreso de la trampa publicitaria del juicio a la Corte. Podrán festejarle ese día el cumpleaños a Mario Negri (69), y adelantarle algún brindis a Macri, que cumple 64 años el miércoles 8 (“Will you still need me, will you still feed me/When I'm sixty-four?”, se siguen preguntando McCartney y Lennon). ¿Dirá algo la oposición del desinterés del Poder Ejecutivo en que avance el proyecto de moratoria previsional? Después de todo se trata de un gasto que no está presupuestado; que se dilate mejora el perfil de Sergio Massa como el gran ajustador ante el FMI y los mercados.


      Sobre la firma

      Ignacio Zuleta
      Ignacio Zuleta

      Periodista y consultor político

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